La situación entre la Comisión de Industria y el presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ya es insostenible. Algunos diputados califican la actitud de Fernando Marti de “tomadura de pelo, de pitorreo”. Llevan solicitando su comparecencia desde febrero pasado sin conseguir más que el pasotismo o la indiferencia del gestor.
Y eso que, según la Ley, el Parlamento es la institución a la que el CSN debe rendir cuentas y a quien debe obedecer. Aún así, Marti ha conseguido esquivar sus obligaciones hasta en cuatro ocasiones, aduciendo “motivos de trabajo” o “viajes”.
Esta vez se le había forzado la fecha por parte de todos los grupos políticos, incluido el Partido Popular, y le convocaban para este miércoles 27 de abril por la mañana, o para el jueves siguiente, 28 de abril, por la tarde. Pero ni aún así será posible. Fernando Marti ha respondido que su “primera fecha disponible” para acudir a la Cámara es el próximo 5 de mayo, cuando ya estén disueltas las Cortes y no tenga ningún sentido acudir.
“Da la sensación de que tiene algo gordo no, gordísimo, bajo la manga, ¿qué tiene que ocultar que no quiere venir?”, dicen fuentes del Congreso. Por eso, aseguran que lo primero que van a proponer es una reprobación del presidente del CSN, “pero no nos vamos a quedar ahí, porque es una herramienta parlamentaria que sirve para muy poco”, aseguran.
Por su parte, el CSN recuerda que fue el propio órgano regulador el que ya el pasado 11 de febrero pidió comparecer a petición propia ante la Comisión de Industria del Congreso y que como no se le notificó su comparecencia hasta el 18 de abril, no ha podido encontrar hueco antes del 5 de mayo.
“Pero si Fernando Marti ha cambiado su reunión del Pleno de todos los miércoles a hoy martes”, señalan las fuentes parlamentarias, “ya tiene libre el miércoles para venir a cumplir con sus obligaciones”.
Pero no va a ser así. Según ha podido saber El Periódico de la Energía de fuentes internas del CSN, el presidente del organismo no tenía previsto nada en la agenda para esta semana, pero tras recibir la notificación del Congreso se ha complicado la agenda tanto que no podrá acudir ninguno de los días. ¿Casualidad?
La razón por la que Marti elude su asistencia se debe a que “tiene miedo a que se apruebe por parte de la Comisión de Industria su cese, y debe agarrarse a la silla hasta que el PP decida qué hacer con la central nuclear de Garoña, pero este favor que le está haciendo a su partido se le va a volver en contra, porque su no comparecencia va a traer como resultado su reprobación y su posterior solicitud de cese”, aseguran fuentes del sector energético.
En definitiva, Marti esquiva dar la cara en el Congreso, evita hablar de Garoña por lo menos hasta que el CSN no se pronuncie al respecto y encima consigue mantener la mayoría del PP intacta dentro del seno del Consejo. Una maniobra digna de estudio.
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