El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Este año el foco está puesto en la aportación del recurso hídrico al empleo en todo el mundo. Uno de los sectores económicos que más empleo crea con el uso del agua es el energético.
La energía y el agua son primas hermanas. Van de la mano. Inseparables. Una no puede vivir sin ella y viceversa. Solo hay que mirar todas las centrales hidroeléctricas que hay en el mundo.
Pero el binomio agua y energía se dan la mano en más aspectos. Por ejemplo, todas las fuentes de energía requieren del agua en sus procesos de producción: para la extracción de materias primas (petróleo y gas), la refrigeración de plantas térmicas, los procesos de limpieza, la producción de biocombustibles y para el funcionamiento de las turbinas. Además de la hidroeléctrica, también se utiliza mucha agua en las centrales nucleares para refrigerar.
El sector energético vive del agua. Pero también el consumidor se beneficia de la energía cuando consume agua. Si no es por los combustibles fósiles, medio mundo no tendría calefacción. El agua caliente, tanto sanitaria como para calefacción, se produce con energía.
El simple hecho de que el agua corra por el grifo de cada hogar es gracias a la energía que a su vez bombea el agua para que llegue con suficiente potencia a nuestras casas.
Pero estas cosas que parecen de lo más normal (encender la luz o beber un vaso de agua) no lo pueden hacer muchos millones de ciudadanos en todo el mundo.
Ese es el gran reto de Naciones Unidas y de los países desarrollados. Llevar la energía y el agua potable a todos los rincones del planeta.
Hay 1.300 millones de personas no tienen acceso a la electricidad o no disponen de un acceso fiable.
Como tendencia general, es probable que aumente el consumo de la energía y electricidad en los próximos 25 años en todas las regiones del mundo, con un mayor incremento en los países no pertenecientes a la OCDE.
Para 2035, el consumo de energía habrá aumentado en un 35%, lo que conllevará que el consumo de agua por parte del sector aumente en un 85%.
A pesar de ello, a día de hoy, según datos del Banco Mundial, hay 2.800 millones de personas en todo el mundo que viven en zonas con grave estrés hídrico, es decir, con muchísimos problemas para acceder a agua potable.
La energía hidroeléctrica suministra alrededor del 20% de la electricidad mundial, proporción que se ha mantenido estable desde la década de los 90. Y representa casi un 7% del total de la energía que se consume en todo el mundo.
Los requerimientos de energía para el bombeo de agua superficial son generalmente un 30% menores que para el bombeo de las aguas subterráneas. Se espera que el agua subterránea utilice cada vez más energía al estar bajando los niveles freáticos en las distintas regiones del mundo.
A nivel mundial, se estima que el agua de riego destinada a la producción de biocombustibles es de 44 km3, el 2% de toda el agua de riego. En las condiciones actuales de producción, se necesita un promedio de alrededor de 2.500 litros de agua (unos 820 litros de agua de riego) para producir 1 litro de biocombustible líquido (la misma cantidad que se necesita, en promedio, para producir alimentos para una persona durante un día).