El ministerio alemán de Economía alcanzó un acuerdo con las empresas RWE, Vattenfall y Mibrag para comenzar a desconectar de la red a partir de 2016, centrales de generación de electricidad por combustión de lignito con una capacidad de 2,7 gigavatios.
En un comunicado, el ministerio ha asegurado que se trata de un "paso importante" para que Alemania pueda cumplir sus metas de reducción de emisiones contaminantes y garantizó que el acuerdo, que incluye compensaciones para las empresas, ha sido "ampliamente debatido" con la Comisión Europea.
El gobierno alemán está convencido de que su plan cumple los requisitos legales para ser autorizado y planea aprobarlo en noviembre en consejo de ministros.
Según explicó Economía, el anteproyecto contempla que las eléctricas recibirán una compensación para aplicar los planes de desmantelamiento de centrales de lignito, con un importe total de alrededor de 230 millones de euros anuales durante siete años. El coste del kilowatio hora subiría 0,05 céntimos, añadió el ministerio.
El plan debería comenzar a aplicarse en octubre de 2016 para que, tras una fase transitoria en la que las centrales afectadas por el cierre funcionarían como reserva de seguridad, la desconexión de la red se haga efectiva en octubre de 2019.
Los planes alemanes de lucha contra el cambio climático incluyen una reducción del 40% de las emisiones de gases contaminantes para 2020, con respecto a los niveles de 1990.
El cierre de centrales de lignito con una capacidad de 2,7 gigavatios, según Berlín, supondrá entre 11 y 12,5 millones de toneladas menos de emisiones de CO2 en 2020.
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