El gobierno argentino abrirá su primera licitación para la adquisición de electricidad procedente de energías renovables. El pliego provisional que se publique estará un mes a disposición de las empresas interesadas para que realicen sus comentarios y en el mes de junio se darán a conocer las condiciones definitivas de la licitación, que será gestionada por Cammesa, empresa pública que administra el mercado eléctrico mayorista argentino. El cierre de ofertas está previsto para el mes de agosto y la resolución de la licitación un mes más tarde.
A falta de conocer las condiciones finales, en principio, podrán acudir a la licitación centrales de nueva construcción de capacidades entre 10 y 40 megavatios de potencia de las tecnología solar, eólica, biomasa y minihidráulica. Con un objetivo de precio de 100 dólares el megavatio hora, se prevé que “aproximadamente la mitad de la potencia provendrá de parques eólicos”, según indicaba recientemente en Houston el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.
Esta es la primera convocatoria que realiza Argentina tras la aprobación de la Ley Energías Renovables en octubre de 2015, en la que se plantea un objetivo del 20% por ciento de energías limpias en la matriz energética en 2025 y que el 8% del consumo eléctrico tenga procedencia renovable en 2017. En la actualidad, solo el 1,8% de la electricidad argentina tiene origen renovable.
Desde que en diciembre del pasado año asumiera la presidencia de Argentina, Mauricio Macri ha mostrado una fuerte apuesta por las renovables. Entre sus logros se cuenta el haber articulado en marzo los mecanismos para alcanzar los objetivos verdes perseguidos con la publicación del Decreto 531/2016. En él se prevé, entre otras medidas de fomento, la convocatoria de licitaciones para añadir los 10 GW de potencia necesarios para alcanzar el objetivo renovable en 2025.
Entre las variables que se barajan para la asignación de las licitaciones se incorpora la integración del componente nacional en las inversiones, la entrada en operación comercial y la financiación que se solicita al fondo público de desarrollo renovable Foder. “Cuánto más componente nacional se tenga, mejor; cuánto antes entre en operación comercial, mejor; cuánto menos dinero se pida al Foder y más se traiga de afuera, mejor; cuanto menos precio se presente en la o cuánto más componente nacional se tenga, mejor; cuánto antes entre en operación comercial, mejor; cuánto menos dinero se pida al Foder y más se traiga de afuera, mejor; cuanto menos precio se presente en la oferta, mejor. Todo eso entra en una fórmula de asignación”, explicaba la semana pasada el subsecretario de Energías Renovables Nacional, Sebastián Kind.
En cuanto a la posible introducción de un componente de contenido local, hay que destacar que, a pesar de no tener más que 10 MW de potencia solar instalada, Argentina cuenta con varias fábricas de módulos solares, cuya capacidad conjunta de producción rondaría los 90 megavatios anuales.
El Ejecutivo prevé que los 1.000 megavatios licitados movilicen una inversión de 2.100 millones de dólares, mientras que los 3.000 megavatios que se esperan subastar en los próximos dos años podrían suponer una inversión cercana a los 5.000 millones de dólares.
El gobierno argentino está negociando con el Banco Mundial una garantía multilateral Triple A que respalde el eventual cumplimiento de los pagos apalabrados en la licitación.
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