Podemos está trabajando en su programa electoral de cara a las elecciones generales del 20D. Y en él, como no, irán sus propuestas energéticas. En este diario hemos contado algunas de sus propuestas en una entrevista con Iván Calvo, coordinador de asuntos energéticos en el Círculo 3E de Podemos.
Ahora que el Gobierno ha aprobado el decreto de autoconsumo, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, comentó en Twitter que derogará la normativa por una nueva que sea más justa y social. El Círculo 3E de Podemos, que tiene bastante peso en materia energética dentro del partido, propone seis grandes medidas para que el autoconsumo se desarrolle en España de una manera vertiginosa. En palabras de los que forman parte de este círculo, "una propuesta que reconoce simultáneamente las ventajas intrínsecas del autoconsumo, el papel de la red como acumulador de energía para estas instalaciones y la labor que las comercializadoras pueden jugar en su desarrollo".
Estas son:
- En primer lugar, una legislación sensata debe incluir la exención de cualquier imposición para la energía autoconsumida instantáneamente, que nunca hace uso de la red eléctrica, porque esta energía no supone ningún coste para la red ni exige modificarla en modo alguno.
2) La energía que el autoconsumidor vierta a la red eléctrica debe ser justamente retribuida por parte de la empresa comercializadora. Para ello proponemos que cada kilovatio-hora vertido a la red por el autoconsumidor se acumule en un saldo que se vaya cancelando con la energía importada de la red. Esto tiene sentido ya que la empresa comercializadora está vendiendo a otros consumidores la energía que es vertida a la red por las instalaciones de autoconsumo, y por la cual la comercializadora no ha pagado nada. Por tanto, lo razonable es que la empresa comercializadora solo facture al autoconsumidor cada mes el balance resultante (energía importada menos exportada) vendiéndole esos kilovatios-hora al mismo precio al que venda la electricidad al resto de sus clientes.
En realidad, existe otra forma de hacer el balance que merece ser considerada, en la cual se incluye la variabilidad horaria del precio del kilovatio-hora intercambiado con la red. En esta modalidad, en lugar de un balance mensual energético (kilovatios-hora intercambiados) se realizaría uno monetario (balance del precio de los kilovatios-hora importados menos exportados). Por simplicidad, en lo que sigue describiremos solo el funcionamiento con balance energético, pero todo es análogo para la modalidad con balance monetario.
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El hecho de entregar energía a la red eléctrica en los momentos en que tenemos un excedente de generación para posteriormente usar esta energía cuando no tenemos generación es similar a usar la red eléctrica a modo de batería. Por ello, es sensato que exista un pequeño ‘peaje de intercambio’, que gravará solo los kilovatios-hora que se han intercambiado con la red. Ahora sí, este peaje – destinado a sufragar costes de las redes distribución y, en menor medida, de las de transporte – se aplica a la energía que realmente hace uso de ellas.
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Puede darse la situación de que, durante un mes, una instalación de autoconsumo vierta a la red más energía de la que consume de ella; en tal caso, tendrá un saldo de energía positivo que podrá acumular para ser usado en épocas del año en las que la generación sea menor que el consumo. Este saldo debe de tener una cierta caducidad para fomentar que el dimensionado de las instalaciones se haga de acuerdo con el consumo esperable, evitando así instalaciones cuyo objetivo principal no sea el autoconsumo sino entregar energía al sistema eléctrico y obtener beneficios. Nosotros proponemos que la caducidad sea anual, de modo que complete un ciclo estacional y permita compensar la alta generación estival con la menor generación durante el invierno. Transcurrido un año, si existe un remanente de energía exportada a la red (y no consumida), este será retribuido, a partes iguales, al autoconsumidor, a la comercializadora [1] y a un fondo de lucha contra la pobreza energética.
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Otro factor importante para el fomento del autoconsumo es permitir instalaciones de autoconsumo pertenecientes a una comunidad de usuarios; por ejemplo, una instalación en la azotea del edificio de una comunidad de vecinos. Desde el punto de vista de la legislación, se considerará una única instalación y dicha comunidad deberá gestionar internamente los consumos y pagos de sus miembros, de la misma forma que en la actualidad muchas comunidades de vecinos gestionan el suministro de agua para todo el edificio.
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Por supuesto, nuestra propuesta legislativa incluiría un registro ágil y simple de las instalaciones. En particular, las instalaciones que por su diseño no viertan electricidad a la red podrán ser conectadas según recoge el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, como ya se ha hecho en el pasado en algunas Comunidades Autónomas, sin necesidad de solicitar un permiso. Las instalaciones basadas en este reglamento no supondrán de hecho ningún sobrecoste al sistema eléctrico ni aumentarán la componente regulada de la factura.
- Estas medidas se recogen en un artículo publicado en el diario Público en septiembre pasado.
Jorge
13/10/2015