El precio del gas natural licuado (GNL) ha experimentado la caída más grande, más pronunciada y más prolongada de los últimos años. Desde los altibajos de los precios del GNL desde 2011, en el pasado año se han derrumbado en más de dos tercios, por una razón principal, por la sobreoferta estructural de GNL, que no solo comenzó ese año sino que continuará en el futuro. Y las previsiones de los precios spot de GNL es que se mantengan deprimidos hasta principios de la próxima década.
Esa es una de las conclusiones del último informe del Grupo Internacional de Importadores de Gas Natural Licuado (GIIGNL), el GIIGNL 2017 Annual Report, donde se confirma que todavia hay mucha capacidad de suministro de GNL preparado para salir al mercado, sin necesidad de demanda.
Otra de las conclusiones es la buena marcha del sector. El tráfico mundial de gas natural licuado vuelve a marcar un máximo histórico anual en 2016 gracias a un crecimiento del 7,5% respecto al año anterior. Concretamente, 263,6 millones de toneladas de gas natural licuado, esto es, 18,4 millones de toneladas de GNL más que en 2015.
Más datos. Del total, 74,6 millones de toneladas fueron negociadas a spot, a corto plazo, lo que supone el 28% del comercio total y el 73% de la demanda mundial de GNL se genera en Asia. Qatar sigue liderando las exportaciones mundiales con un porcentaje de suministro del 30% global, mientras que la Cuenca del Pacífico se queda con el 45% del total. Como novedad, hay cuatro nuevos países importadores de un total de 39, que se nutren de 19 países exportadores. Y el crecimiento se reafirma también en los once nuevos terminales de regasificación que se han construido en 2016.
Por países, el informe destaca la evolución de China. Después de un crecimiento moderado en 2015, la demanda del gigante asiático subió en 2016 debido al aumento de la generación de energía a gas y a la demanda del sector industrial. Como resultado, China experimentó un fuerte repunte de las importaciones de GNL en 2016, con un impresionante crecimiento del 36,9%.
En el caso de Europa, y contrario a las expectativas, el Viejo Continente no funcionó como un sumidero para el aumento de la producción el pasado año. Por ejemplo, Reino Unido registró la mayor disminución de las importaciones año con año (-2.6MT, es decir, un 26% menos), debido al mayor suministro de gasoducto y la producción nacional y Bélgica y Holanda también registraron reducciones del 58% y 42% respectivamente. Francia, en cambio, mostró una tendencia opuesta (importó 1,2MT más, lo que supone un 28% más neto de reexportaciones).
Entre 2016 y 2020 la oferta mundial de GNL se prevé que aumentará en más de 160 bcm, pero si no se cuenta Europa, la demanda crecerá sólo la mitad. Esto dejará alrededor de 80 bcm de oferta buscando una casa en el mercado de último recurso (Europa). Sin embargo, estará compitiendo con el gas por gasoducto procedente de Rusia, Noruega y Argelia, y simplemente no habrá suficiente demanda para absorber todo. Como resultado, no será necesario contar con tanto suministro de GNL.
Y se reducirá ese suministro aún más cuando el coste marginal de la producción sea mayor: por ejemplo, los proyectos de Estados Unidos y los proyectos de gas de carbón (CSG) alimentados en la costa este de Australia. Estos proyectos de gas no convencionales necesitan una gran cantidad de dólares cada año para mantener las plantas en funcionamiento. La capacidad de GNL estadounidense se verá afectada por el recorte, ya que los precios del GNL no cubrirán los costes de producción a corto plazo. Por primera vez en la historia de la industria, las nuevas plantas de GNL se están ejecutando deliberadamente por debajo de la capacidad sobre una base económica.
El futuro inmediato del GNL se presenta con algunas dificultades pero con grandes expectativas. Hay GNL suficiente para la poca demanda existente pero eso supone que es un sector que se mueve y que puede cubrir de sobra las expectativas.