El Gobierno brasileño se comprometió ante la ONU a lograr una considerable reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la próxima década. La presidenta, Dilma Rousseff, concretó en la cumbre por el desarrollo sostenible que el recorte alcanzaría el 37% si se compara la situación de 2005 con la que cree posible en 2025.
“Brasil ha hecho un enorme esfuerzo para reducir emisiones sin menoscabar la inclusión social. Hemos estado diversificando las fuentes de energía, invirtiendo en agricultura y hemos reducido la deforestación del Amazonas”, sacó pecho la mandataria por el papel de su país en este ámbito, pese a la crisis económica y política que atraviesa.
La presidenta brasileña expresó su confianza en que la Cumbre del Clima que se celebra en diciembre en París alumbre un sistema con "responsabilidades comunes, pero diferenciadas", ya que los objetivos de desarrollo hasta 2030 aprobados este viernes en Nueva York, a diferencia de los del Milenio, afecta a todos los países independientemente de su nivel de desarrollo, de modo que cada Estado deberá adaptar su hoja de ruta.
Rousseff, que habló de nuevo en la Asamblea General de la ONU, dejó claro que estos esfuerzos por el desarrollo sostenible se harán sin lastrar el crecimiento económico. Rousseff también dijo que Brasil garantizará que las energías renovables lleguen a significar el 45% de su generación energética, cuando la media global está en el 13%. También señaló que intentará erradicar por completo la deforestación ilegal en el Amazonas.
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