La Comisión Europea (CE) ha anunciado que respalda sendos regímenes de ayudas que existen en República Checa destinados a respaldar la producción de electricidad y calor por medio de la energía hidroeléctrica y biogás.
Tras analizar las medidas, el Ejecutivo comunitario estima que la República Checa persigue con estos dos esquemas los objetivos energéticos y mediambientales marcados a nivel europeo, sin violar las normativas europeas de competencia.
Praga notificó en septiembre de 2015 a Bruselas su intención de respaldar a los operadores de las plantas hidroeléctricas con una capacidad máxima de 10 MW con un total de 8 millones de euros.
Un mes después, el Gobierno checo hizo saber a la Comisión que también quería ayudar con 19 millones a las plantas de biogás con una capacidad de 0,5 MW para que produzcan calor por la quema de este combustible renovable hecho -con al menos un 70 %- de subproductos animales, estiércol de granja o los residuos biodegradables.
“Ambas medidas aceleran el desarrollo de instalaciones de energía renovable y ayudan a la República Checa a cumplir con sus objetivos sobre energía renovable para 2020”, es decir, que un 14 % de la energía que se consume en el país ese año provenga de fuentes renovables, aseguró hoy la Comisión Europea en el comunicado en el que anunciaba su luz verde a ambas ayudas.
La institución destacó que los países pueden respaldar la producción de energía renovable, siempre que cumplan una serie de condiciones, y en concreto destacó que los planes de Praga incluyen medidas para limitar las distorsiones que las ayudas públicas puedan causar en el mercado.