La Comisión Europea ha pedido formalmente a España que garantice la correcta aplicación de la Directiva de Energías Renovables (2009/28 / CE), en particular en lo que respecta a los biocombustibles.
La Directiva incluye disposiciones clave para la consecución de los objetivos de alcanzar el 20% de la cuota de las energías renovables en el consumo final de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% para 2020, en comparación con los niveles de 1990.
También incluye disposiciones clave el establecimiento de objetivos individuales para la cuota de energías renovables en el consumo de energía de cada Estado miembro y para el logro de un objetivo del 10% de la cuota de las energías renovables en el transporte.
Es en este apartado donde suspende España descaradamente. Los biocombustibles pueden ser utilizados para lograr este objetivo, pero deben cumplir con una serie de requisitos de sostenibilidad: no pueden producirse a partir de las áreas que tienen un alto valor en biodiversidad, tales como áreas protegidas, o de áreas que almacenan una gran cantidad de carbono, tales como bosques o tierras de turba; también tienen que ahorrar considerablemente más emisiones de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles.
Contrariamente a lo previsto en la Directiva, la legislación española suspende la aplicación de criterios de sostenibilidad en España para el logro de la meta en el transporte. Además, la legislación española trata los biocombustibles sostenibles y los procedentes de materias primas a través de diferentes orígenes geográficos, de manera distinta y de forma injustificada.
Hace dos semanas, Eurostat publicó que sólo el 0,4% del combustible para transportes en España procede de fuentes renovables, una de las cuotas más bajas entre los Estados miembros de la UE junto con Estonia (0,2%) y Portugal (0,7%).
España se sitúa así muy lejos del objetivo del 10% de renovables en el sector transportes fijado por la UE para 2020. Con los últimos datos disponibles de 2013, sólo Suecia ha superado ya esta meta (16,7%), mientras que Finlandia está muy cerca de lograrlo (9,9%), y la mayoría de Estados miembros está a medio camino.
La cuota global de renovables en España se sitúa en el 15,4% del consumo energético, ligeramente por encima de la media comunitaria del 15%, pero todavía lejos del objetivo del 20% para 2020.
Además, el consumo de biocarburantes en España deberá multiplicarse por tres para cumplir el objetivo fijado en la legislación comunitaria de que las renovables satisfagan el 20% de la demanda energética española en 2020. Así lo estima un reciente informe del prestigioso Grupo de Economía Energética de la Universidad Tecnológica de Viena (Austria) sobre las previsiones de cumplimiento de los objetivos de energías renovables para 2020.