China va camino de producir hasta un 25% de electricidad a partir de energía eólica en 2030, y la cifra podría elevarse a casi un tercio si se reformara el sector eléctrico, según un informe publicado en la revista Nature Energy, lo que convertiría al gigante asiático en líder mundial de energía eólica por un amplio margen.
Dentro de 14 años, la mayor capacidad de generación nueva, y en su mayoría de tecnologías limpias, equipará a China con la que existe actualmente en el conjunto de EEUU, consolidando aún más la imagen del país como un floreciente gigante verde.
Valerie Karplus, un co-autor del estudio y profesor asistente en el MIT, ha señalado que “China será líder mundial en energía eólica por un margen bastante grande”.
Solo el año pasado, China instaló 145GW de capacidad eólica eclipsando tanto a Europa como a EEUU, aunque su principal problema es que no toda está conectada a la red. Aún así, para el año 2030, se prevé que no solo los molinos de viento sino todas las renovables generarán una quinta parte de las necesidades de energía primaria de China.
Un hecho que podría escocer a la industria renovable europea y a sus políticos ya que durante la primera mitad de esta década eran los líderes en la carrera mundial por desarrollar las energías verdes.
Pero no todo se presenta tan de color rosa. En ese esplendoroso futuro, el ‘gigante verde’ se chocará con la cruda realidad y es que aún seguirá siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, ya que más del 70% de su electricidad se genera a partir del carbón.
Oliver Joy, portavoz de la Asociación Europea de la Energía Eólica, ha reconocido que “el liderazgo de Europa en energías renovables puede quedarse en los libros de historia si no se implantan políticas a largo plazo. Si las ponemos en marcha, Europa también podría obtener una cuarta parte de su energía de fuentes renovables en el año 2030. Se dice que la inversión mundial en energías renovables alcanzó niveles récord el año pasado y, sin embargo en Europa descendieron un 21%”.
La inversión de China en renovables no es de prioridad inmediata, antes debe integrar su capacidad eólica en el sistema eléctrico ya que tiene un sistema de transmisión obsoleta y aún no la ha integrado en su mix energético inflexible y predecible.
En la actualidad, los incentivos económicos locales favorecen a los productores de tecnologías convencionales, en parte debido a un sistema de cuotas que beneficia la producción y por tanto, el consumo, del carbón en gran parte del país. Estos operadores exigen mantener su derecho según las garantías contractuales que obtuvieron del Gobierno en el pasado.
Nick Mabey, el director ejecutivo del centro de estudios E3G, ha advertido que “las centrales térmicas de carbón chinas favorecen que se pierda el 40% de la energía eólica que se genera en algunas regiones. Si se quiere aprovechar los recursos eólicos abundantes y asequibles, se requerirá una radical modernización del sistema eléctrico y la capacidad para afrontar los poderosos intereses de carbón”.
La revista Nature Energy analiza la generación y la distribución energética del futuro en el país asiático. “Si se hicieran reformas más amplias se podría conseguir que China pudiera poner en marcha la transición hacia mercados spot que permitieran a los productores eólicos reflejar sus costes marginales, y así el potencial de energía limpia en China podría ser aún mayor”, ha añadido Karplus, “pero además, si los parques eólicos se construyeran cerca de los puntos de conexión donde la electricidad puede ser fácilmente transferida y utilizada, tendría sentido concentrarlos en los territorios ricos en viento, pero geográficamente aislados”.