Viven Francia y España una situación parecida, que no igual, con la energía nuclear. Ambos países tienen que decidir en los próximos meses o años qué hacer con las centrales nucleares. Muchas de ellas van a cumplir su ciclo de vida, de 40 años, pero se ha abierto la posibilidad de alargar la vida útil de los reactores hasta los 60 años. La diferencia no es poca cosa, un 50% más.
Tanto en Francia como en España las compañías eléctricas son las que quieren mantener abiertas las centrales y seguir produciendo energía. Las diferencias están en los gobiernos. Mientras Hollande ha aprobado una ley de transición energética en el que la nuclear irá perdiendo cada vez más peso del sistema eléctrico galo, en España, el PP apoya alargar la vida de los reactores. Eso sí, el resto de partidos no quieren la nuclear y prefieren el cierre paulatino de las centrales cuando vayan cumpliendo los 40.
Otra de las diferencias es cómo de serio se está tomando el asunto en cada país. Mientras que en España, los políticos y el CSN están a tortas, en Francia son más serios. Será cuestión de cultura. La nuclear es un tema muy serio y más cuando tienes 58 reactores como sucede en el país galo. En España hay siete reactores, y con Garoña serían ocho si se alarga la vida de la central. La diferencia es muy amplia.
Esa seriedad viene por ejemplo en ver cuánto va a costar mantener las nucleares durante 20 años más. El Tribunal de Cuentas de Francia ha hecho las cuentas, y ha dejado al Gobierno francés y a EDF helados. Según un informe que se ha conocido esta semana, alargar la vida de los 58 reactores cuesta ¡100.000 millones de euros! Ni más, ni menos.
Una cifra que no se lo esperaban. Mucho más de lo previsto por la eléctrica estatal francesa que había vaticinado unos costes de 50.000 millones de euros. Que tampoco está mal. Pero claro, ahora el coste se ha disparado al doble y deja en el aire la decisión de alargar la vida de la nuclear en Francia. Por muy nuclear y francesa que sea, que es mucho decir.
A la mayoría de los reactores le quedan entre cinco y diez años de vida para llegar a los 40. Si se tiene en cuenta que hay 58 reactores, la media sería de 1.725 millones de euros por cada uno, pero bueno, algunos saldrán más caros y otros menos.
Si esto se extrapola a los ocho reactores españoles, estamos hablando de un inversión de casi 14.000 millones de euros. Digamos que no es tanto. Pongámonos que cuesta unos 10.000 millones. ¿España está preparada para un gasto así? ¿Lo están las eléctricas? ¿Y los españoles? ¿Acabará en la tarifa eléctrica como siempre?
El caso es que en un época de debate de lo que hay que hacer con la energía nuclear, la sostenibilidad económica del sistema tiene que estar presente. Si lo es para regular el autoconsumo, también debe serlo para alargar la vida de las nucleares.
Pero, ¿es la mejor solución? Desde luego, que el análisis debe ser más amplio. ¿Cuánto cuesta cerrar las nucleares? El desmantelamiento de una central, además de ser un proceso largo, es muy costoso. Si no que se lo digan a los alemanes, que tras decidir cerrar paulatinamente sus reactores, ha elevado el coste de la electricidad hasta precios nunca vistos. También hay que contar las primas a las renovables en Alemania en ese incremento de las tarifas. Si no es la más cara de la UE, es la segunda.
Pero, ¿y construir nuevas centrales?, ¿es rentable? Si a los hechos nos acogemos, la nueva central nuclear de Hinkley Point en Reino Unido que quiere levantar la francesa EDF va a tener unos costes que hacen inviable el proyecto, incluso con las ayudas que recibiría.
El proyecto está en el aire, al igual que otros que se pretenden construir en la UE. Haciendo cuentas es lo que más cuesta, pero habría que ver si merece la pena construir nueva (que parece que no), alargar la vida en 20 años o desmantelar los reactores. Es el momento de abrir el debate. Ah y que no se olvide qué hacer con los residuos. Os dejo este artículo que pone los pelos de punta.
ruperey
12/02/2016