En los últimos tiempos se ha popularizado el desarrollo de distintos métodos para añadir propulsión eléctrica a las bicicletas, con el fin de asistir al pedaleo y que su uso resulte más atractivo para un número mayor de personas y especialmente diseñadas para los mayores. El método convencional consiste en añadir un motor eléctrico en una de las ruedas que sustituya temporalmente el pedaleo o que ayude al ciclista a la hora de remontar pendientes.
El motor eléctrico suele estar alimentado por la electricidad almacenada en una batería previamente cargada o que se carga al circular, mediante el pedaleo. También se están explorando otras opciones de suministro de electricidad a los motores eléctricos de las bicicletas, desde la carga por inducción a través del suelo de los carriles bici, las células de combustible de hidrógeno o a la carga por energía solar.
Propulsión solar
La compañía canadiense Daymak trabaja en el desarrollo de un sistema de propulsión eléctrica para bicicletas que, al menos en teoría, tendrá capacidad ilimitada al obtener la energía de la luz solar. El sistema propuesto por Daymak consiste igualmente en un motor eléctrico que se instala en la rueda posterior de cualquier bicicleta, en torno al cual hay unas pequeñas baterías de iones de litio y un panel solar.
Cuando la bicicleta está expuesta al sol, parada o en marcha, las baterías se cargan. Según Daymak, cada hora de exposición a la luz añade un kilómetro de autonomía, y aquellos que recorran menos de 10 km al día con la bicicleta siempre dispondrán de carga sin necesidad de recurrir a un enchufe. Siempre y cuando la bicicleta permanezca expuesta a la luz solar.
El accesorio de Daymak es además aplicable a una bicicleta convencional y su funcionamiento puede controlarse desde el teléfono móvil para, por ejemplo, conocer la carga o configurar el umbral de asistencia del motor.