El instituto de investigación global de McKinsey & Company ha analizado los precios actuales del almacenamiento de energía y ha llegado a la conclusión de que los clientes comerciales ya están sintiendo los beneficios económicos de unas baterías más baratas y de la reciente caída de los precios en la tecnología de ion-litio.
Con los costes de las baterías reducidos a menos de 230 dólares / kWh - en comparación con los alrededor de 1.000 $ / kWh que costaba en 2010- el almacenamiento está en auge en toda Europa, Asia y EEUU. Este crecimiento está siendo facilitado por un mayor crecimiento en las compras de vehículos eléctricos (EV) y porque los principales fabricantes están ampliando su capacidad de producción de baterías de ion-litio para satisfacer la demanda.
El efecto inmediato de esta ha sido una presión a la baja sobre los precios y el mayor protagonismo del almacenamiento en los mercados de energía, según el informe de McKinsey, pasando de ser un nicho que se utiliza para dar equilibrio a la red para convertirse en una alternativa viable para los generadores de energía convencionales y un apoyo para dar estabilidad a las energías renovables.
Además, a medida que más y más mercados fotovoltaicos comienzan a recortar sus incentivos solares, los consumidores -en particular los propietarios de fotovoltaica a escala comercial- están explorando con mayor entusiasmo la idea del almacenamiento + solar para consumir energía en lugar de exportar el exceso de electricidad a la red (lo que se denomina defección parcial de la red).
El informe señala que estos mercados continuarán expandiéndose, creando un reto importante a las com pañías eléctricas que se enfrentan a una demanda plana o en declive. Con el tiempo, la combinación de solar con almacenamiento y un pequeño generador eléctrico (conocida como la deserción completa de la red) tendrá sentido económico para algunos clientes en los mercados de alto costo. Aparte de dar a los clientes una mayor independencia energética, el impacto de los menores costes de almacenamiento podría ser de gran alcance para las compañías eléctricas, según el informe.
El abaratamiento del almacenamiento va a suponer un reto para las eléctricas detrás del contador (es decir, pequeñas instalaciones ubicadas en el lugar, como en una casa o negocio). Pero también presentará una oportunidad para aquellos delante del contador (instalaciones a gran escala utilizadas por las compañías eléctricas para una variedad de aplicaciones conectadas a la red).
Un almacenamiento más barato será aún más perjudicial para los 'negocios de siempre' debido a que las diferentes combinaciones de almacenamiento y solar probablemente serán capaces de arbitrar cualquier tasa variable que las eléctricas creen”, añade el informe, señalando cómo la medición neta y su adaptación han servido como poderosos incentivos para instalar paneles solares en los últimos años.
El éxito de estos esquemas ha obligado a las eléctricas a diseñar tasas que redujeran las ayudas a la instalación de energía solar. Al pasar a estructuras de precios por tiempo de uso y la implementación de las cargas de la demanda, las eléctricas fueron capaces de arrebatar el control financiero a algunos clientes solares. Pero el crecimiento del almacenamiento, sin embargo, ha permitido a los clientes utilizar más la generación solar para cubrir sus necesidades energéticas de energía, lo que significa que muchos siguen cosechando casi lleno valor de venta para su generación solar.
Un resultado visto en mercados de almacenamiento avanzados como Hawai y Australia es que los clientes de almacenamiento + solar gestionan sus necesidades de energía durante el 80-90% del tiempo, pero se mantienen conectados a la red con el fin de tener ese acceso las 24 horas del día. Esta tendencia es probable que se vea antes en estados como Arizona, California, Nevada y Nueva York.
“Muchos ejecutivos de las eléctricas y expertos de la industria pensaron que el riesgo de pérdida de carga fue exagerado en el contexto de la energía solar”, dice el informe. “La combinación de energía solar además de almacenamiento, sin embargo, hace que sea mucho más difícil de combatir”.
Frente a estas fuerzas del mercado, los investigadores de McKinsey recomiendan que las eléctricas cambien radicalmente sus métodos de planificación de la red mediante la inversión en software más inteligente y analítico para asegurar que las necesidades más prioritarias de la red se abordan de manera más eficiente.
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