Al final, la estrategia de querer ir contra el fracking de EEUU y tratar de cerciorar la producción estadounidense de petróleos no convencionales le ha salido mal a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
No fue una buena idea viendo los resultados ahora. En su momento hizo mucho daño. Pero la industria del fracking estadounidense hizo los deberes y supo reducir sus costes de producción a niveles que ahora los grandes productores de petróleo no podrían soportar.
El shale norteamericano vivió sus peores años entre 2014 y 2016. Lo pasó francamente mal. Muchas compañías que se endeudaron hasta los dientes tuvieron que replegar o incluso desaparecer y abandonar campos de producción. Pero, a día de hoy, la caída del precio del crudo de lo que va de año, de unos 55 dólares barril a los 48 dólares actuales del Texas, no ha afectado para nada a la producción del shale en EEUU.
Según Katherine Richard, directora general de Warwick Energía Investment Group, que posee participaciones en más de 5.000 pozos de petróleo y gas natural en el gigante norteamericano, el precio tendría que bajar hasta los 30 dólares o incluso menos si quiere hacer mella en la línea de flotación de muchos perforadores que ahora trabajan en los campos de esquisto de EEUU.
Y ¿a qué se debe esto? Según explica el portal financiero Bloomberg, esto se debe a que muchos productores ya han cerrado sus rendimientos futuros con contratos financieros que garantizan el precio de su petróleo durante la mayor parte del resto de la década. Tal resiliencia plantea un dilema para los países que acordaron un recorte de producción dirigida por la OPEP destinada para subir los precios y aliviar sus economías nacionales en dificultades.
“Estamos en un auge de nuevo en Texas, a pesar de lo que está pasando con los precios últimamente”, afirma Michael Webber, director adjunto del Austin Energy Institute. “El espíritu del vaquero está de vuelta. La cobertura está jugando un papel muy importante”, asegura.
Si esto continuase así, con la OPEP recortando y EEUU mejorando su producción mes a mes, probablemente Arabia Saudí tendría que tomar cartas en el asunto. Así de claro fue el ministro saudí de petróleo, Khalid Al-Falih: “No podemos estar soportando esta carga siempre”, en un claro aviso a sus socios de recorte de producción Rusia, Irak y Emiratos Árabes Unidos que no han acabado de hacer todos los recortes de producción prometidos.
Ahora el acuerdo se podría resquebrajar si el precio del crudo sigue a la baja y en EEUU se mantiene la producción. Desde luego que a la OPEP le está saliendo el tiro por la culata.
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