La expectación creada por la subasta de renovables en el sector eléctrico ha sido de tal calibre que se podría comparar casi con la Lotería de Navidad. Solo ha faltado ese anuncio de TV que haría echar alguna lágrima al personal. Lo que faltaba.
El caso es que la subasta de renovables ha arrojado un premio Gordo, como el de la Navidad, y ha tocado íntegro en Aragón. A esa región han ido a parar al menos la mitad de los 3.000 MW que se subastaron.
No es de extrañar. Allí se quedaron cortos de parques eólicos. Muchos proyectos se quedaron a las puertas. Casi a punto de conectarse. Pero la reforma del Gobierno paralizó esos proyectos y todos los de la piel de toro.
Lleva la eólica muchos años paralizada, y desde enero de 2016, cuando se adjudicaron más de 300 MW a Forestalia, Aragón recibió aires nuevos para aprovechar el desarrollo económico que suponen para la comarca instalar parques eólicos.
Este miércoles, el ganador de la subasta, Forestalia, se ha llevado 1.200 MW, de los cuáles, la gran mayoría se construirán en la región maña. A los que hay que sumar los 300 MW de enero de 2016.
Pero no se queda ahí la cosa. Otra empresa, con sede en Zaragoza, Brial Energía, también se ha llevado un buen premio de la subasta. Nada más y nada menos que 237 MW de eólica. Sería el estreno de esta empresa que hasta ahora se ha dedicado más al ladrillo que a poner molinos de viento.
Y por si fuera poco, Endesa, la tercera en llevarse más MW de la subasta, un total de 540 MW, ha anunciado que también instalará parques eólicos en la tierra de Don Francisco de Goya.
Sin tener los datos reales de los proyectos, las adjudicatarias tienen seis meses para presentarlos, fuentes del mercado aseguran que Galicia es la otra gran agraciada en este sorteo que se ha convertido la subasta de renovables, con Castilla y León y Andalucía por detrás.
La pedrea, tal y como hemos contado en varios artículos, ha tocado a la energía fotovoltaica. Unos peanuts que dejan en mal lugar el diseño de la subasta, según afirman desde el sector fotovoltaico.