Electricité de France (EDF)ha reconocido que el reactor nuclear de nueva generación que está construyendo en Flamanville, al noroeste de Francia, se retrasará más, ya que no entrará en servicio hasta finales de 2018 y, sobre todo, su costo se triplicará respecto a las estimaciones iniciales.
EDF explicó en un comunicado que, tras "la revisión completa del proyecto del EPR de Flamanville y de su organización", su costo ahora se calcula que será de 10.500 millones de euros.
Hasta ahora, la eléctrica estatal oficialmente contaba con una entrada en funcionamiento durante 2017 de este reactor, ubicado en un complejo nuclear en la costa de Normandía, y hablaba de 8.500 millones de euros, muy lejos ya de los 3.000 millones cuando se lanzó.
De acuerdo con el nuevo calendario, los montajes mecánicos del circuito primario deben estar terminados en el primer trimestre de 2016 para concluir los montajes electromecánicos y comenzar con los ensayos a comienzos de 2017 y poder cargar así el combustible y arrancar el reactor en el cuarto trimestre de 2018.
La compañía puso el acento en que la obra civil está concluida en un 98% y los montajes electromecánicos en un 60%.
Además, se han llevado a cabo operaciones en el interior del edificio del reactor y, durante el primer trimestre de este año entregó a la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) el expediente de entrada en servicio.
Esa demanda es particularmente peliaguda porque la ASN ha señalado un defecto de fabricación en la cuba del reactor que concierne a su capacidad de resistencia, y en las próximas semanas debería dar su dictamen definitivo a las informaciones técnicas que le han transmitido los expertos de EDF y de Areva, las dos empresas públicas implicadas en este proyecto.
Si el organismo encargado de controlar las instalaciones nucleares de Francia obliga a modificar la concepción, eso podría echar al traste este EPR (European Pressurized Reactor), que se reivindica como "el más potente del mundo con 1.650 megavatios y el más avanzado en materia de seguridad y de eficacia".
El hecho es que el que Areva está construyendo en Finlandia para una compañía eléctrica de ese país, de acuerdo con la planificación inicial debería haber iniciado su actividad en 2009. Pero tras una quincena de modificaciones de su programa, ahora no hay ninguna fecha objetivo y sólo se sabe que costará más de 8.000 millones de euros.
Sobre Flamanville, Jean-Bernard Lévy, presidente de EDF desde hace tres meses, dijo tener "una confianza total en su éxito", que es "una prioridad" para la empresa y "un gran reto para el sector nuclear francés y su proyección internacional".
"Nuestros equipos y los de nuestros socios, en particular Areva, están movilizados para sacar adelante este proyecto con las mayores exigencias en seguridad", añadió Lévy, que avanzó que "toda la experiencia adquirida en Flamanville beneficiará a otros proyectos de EPR, en particular Hinkley Point".
Una alusión a la central que EDF va a construir en el Reino Unido y que será otra prueba de fuego de la tecnología atómica civil francesa.
Las acciones de EDF sufrieron una seria corrección en la primera parte de la sesión de la Bolsa de París cuando se hicieron públicas estas cifras. A las 10.25 locales (8.25 GMT) perdían un 3,71 %.
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