El Senado mexicano ha aprobado el proyecto de decreto de la Ley de Transición Energética que regula el aprovechamiento sostenible de la energía, así como las obligaciones en materia de energías limpias, informó la Cámara alta.
El Pleno del Senado de la República aprobó en lo general, con 90 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones, el proyecto de decreto por el que se expide la Ley de Transición Energética, indicó un boletín del organismo.
Asimismo, se reservaron varios artículos, que finalmente fueron aprobados sin cambios por la asamblea con 74 votos a favor, 13 en contra y 1 abstención, por lo que la normativa se devolvió a la Cámara de Diputados para sus efectos constitucionales.
Esta normativa fue aprobada en diciembre de 2014 por la Cámara baja y busca establecer obligaciones en materia de energías limpias y reducción de emisiones.
A pesar de la petición de organizaciones civiles y entidades de defensa del medio ambiente, la ley quedó encallada en la Cámara alta hasta este diciembre, cuando se ha aprobado en el marco de la cumbre climática de París, en la que México participa.
El Senado aprobó las reservas que presentó el senador David Penchyna Grub, presidente de la Comisión de Energía, a los artículos 16, 19 y 22 transitorio del dictamen, para sustituir la palabra Sener por Secretaría; sustituir la palabra gases y agregar la palabra compuestos; y sustituir la frase CELs por Certificados de Energías Limpias, respectivamente.
En contra del dictamen, el senador Manuel Bartlett Díaz, del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (PT), señaló que “se compromete a México a lograr un incremento importante con relación a la producción de energías limpias, no obstante, no se precisan los métodos ni se presenta un análisis de cómo se logrará esta meta”.
Por el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Armando Ríos Piter destacó que la nueva Ley representa “una oportunidad”, pues para el 2024 México podría generar aproximadamente 35% de su electricidad con energía limpia producida en territorio nacional.
Al fijar su posición a favor del dictamen, mencionó que, con inversión suficiente, el país puede convertirse en 2030 en una de las principales economías del mundo generadoras de energía renovables.
Las organizaciones civiles como GreenPeace y ProNatura aplaudieron la ley en un desplegado dirigido a los diputados encargados ahora de aprobarla con los cambios realizados por los senadores.
Consideraron que la ley es una herramienta valiosa para “garantizar la seguridad y la transición energética, fortalecer las acciones de eficiencia energética y contribuir a mantener el nivel de emisiones del país en un rango que ayude a limitar la temperatura promedio del planeta por debajo de 2°”.
La nueva ley obliga al gobierno a generar una política pública que lleve a la matriz de generación del país a que al menos 25% de la energía eléctrica se genere con energías limpias hacia el 2018, 30% al 2021, 35% para el 2024, 45% al 2036 y 60% en el 2050.
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