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Compartir energía hoy en día trata sobre un grupo de consumidores que se reparten entre ellos la energía generada por una planta de generación renovable. Pero la energía, como sabéis, ni se crea ni se destruye, solo se transforma como dijo Antoine Lavoisier en el siglo XVIII.

Sin embargo, en cada uno de esos procesos de transformación, hay una pérdida de energía, lo que hace menos eficiente su aprovechamiento. Por ello, no solo es esencial que sigamos produciendo energía de forma continua para satisfacer las demandas de empresas y hogares para todo tipo de procesos, sino también aprovechar al máximo esa energía cuando se genera.

El Autoconsumo es el paradigma de la generación de energía renovable descentralizada y democrática para el aprovechamiento cercano de la misma por un único consumidor (Autoconsumo individual) o bien por varios (Autoconsumo colectivo) que les permite ser consumidores y productores de energía a la vez.

En España, desde el RD 244/2019, el Autoconsumo Colectivo permite compartir esa energía generada por una fuente renovable en tejado hasta 2000 metros de distancia usando la red de distribución y sin tener que pagar cargos ni peajes por ello. Aun así, la adopción de dicha modalidad tiene mucho camino por recorrer todavía ya que a día de hoy tiene una implantación menor al 1% respecto a toda la potencia instalada en Autoconsumo.

Sin duda, el Autoconsumo Colectivo tiene que ser el principal protagonista de la transición energética renovable, democrática y local, ya que permite que cualquier consumidor pueda acceder a ella sin necesidad de disponer de tejado o de que el mismo sea óptimo para su instalación y también para abastecer consumidores vulnerables en situación de pobreza energética. Además, constituye una enorme oportunidad en España donde el 71,8% de las viviendas familiares en España son viviendas plurifamiliares.

Tramitación lenta

Asociaciones del sector y diferentes actores ya han señalado la lentitud y problemas de tramitación como motivos principales que pueden explicar tal falta de despliegue. En concreto: Apertura de expediente, solicitud del punto de acceso, solicitud del CIE (Certificado de Instalación Eléctrica), solicitud del Contrato Técnico de Acceso, activación de la instalación y en los contratos con comercializadora.

La CNMC ha organizado grupos de trabajo de los diferentes actores del mercado para plantear soluciones y recientemente (11 de Julio de 2024) ha emitido el Informe sobre las conclusiones de la mesa de diálogo de autoconsumo – INF/DE/106/24. Además, el concepto de energía compartida ha tenido y tiene la necesidad de ser más divulgado y mejor explicado a la población.

A ello cabe añadir que el mercado del autoconsumo fotovoltaico individual ha experimentado un crecimiento altísimo en los últimos años (en especial en el 2022) haciendo que instaladores y todo el sector se haya venido centrando de forma natural en ofrecer y ejecutar la modalidad de autoconsumo individual (más simple de ofrecer y ejecutar) frente al autoconsumo colectivo (con una mayor complejidad administrativa).

Ventajas

Sin embargo, las ventajas del Autoconsumo Colectivo son evidentes. Esta modalidad es muy eficiente porque permite, de forma flexible, asignar a cada consumidor exactamente la energía que es capaz de autoconsumirse para su autoconsumo en cada momento pudiendo modificar el coeficiente asignado cada 4 meses.

En el análisis de la asignación pueden emplearse herramientas digitales de simulación avanzada con inteligencia artificial para determinar la capacidad de generación de la planta FV, factores meteorológicos, predicción de autoconsumo del usuario e incluso integración de todo ello con almacenamiento energético para acabar determinando la asignación de coeficiente en beta fija u horaria para cada CUPS. Esta asignación en coeficientes fijos u horarios permite alcanzar unas cuotas mucho mayores de autoconsumo y minimizar los excedentes.

Además, la economía de escala intrínseca a este tipo de proyectos de Autoconsumo Colectivo permite ser mejor opción en coste de inversión frente al Autoconsumo individual ya que se trata de una sola instalación FV con su inversor y normalmente se utilizan cubiertas de gran tamaño (simplificando la instalación).

Cierto es también que la complejidad en la legalización de las instalaciones de Autoconsumo Colectivo es mayor respecto a la de los autoconsumos individuales dada, entre otras, la necesidad de comunicar con diversidad de comercializadoras, instalación del contador de generación e intercambios de documentos con múltiples autoconsumidores.

Los denominados Gestores de Autoconsumo son quienes ayudan a promotores e instaladores de proyectos de energía compartida a simplificar y agilizar dichos trámites.

Además, en proyectos de energía colectiva, el ahorro energético para el autoconsumidor es muy notable porque junto a la energía (término de energía) que el autoconsumidor deja de comprar a su empresa comercializadora, el autoconsumidor también se ahorra, a su vez, principalmente el impuesto del valor añadido (IVA), el impuesto sobre la energía (IEE) y los cargos y peajes que estarían asociados a la misma, así como también el margen de comercialización que aplique la comercializadora sobre dicha energía. A efectos prácticos, esto significa que cada 1 kW nominal asignado a cada autoconsumidor puede generar un ahorro anual de 234€ .

Datos del autoconsumo en España

Según datos de REE (SIMEL) existen en España 6314 MW de potencia instalada en Autoconsumo (dicha cifra se eleva a más de 7154 MW si tomamos como fuente una de las principales asociaciones del sector).

En total, la generación eléctrica que podrían haber producido los 7.154 MW instalados de autoconsumo, ascendería a 8.903 GWh, pero únicamente se aprovechan 7.262 GWh principalmente porque (como informan las asociaciones ) “hay multitud de instalaciones que se legalizan con sistemas antivertido para salvar las barreras regulatorias y técnicas existentes”.

En efecto, existiría entonces un total de 1642 GWh que podríamos considerar energía potencial excedentaria “desperdiciada”. En el caso hipotético de que dichos excedentes se hubieran podido entregar a autoconsumidores colectivos y estimando que dicha energía pudiera aprovecharse en un 90%, quedarían en 1477 GWh para el autoconsumo de usuarios y familias.

Toda esa energía podría generar un ahorro de alrededor de 255 millones de euros anualmente en autoconsumo a través de la modalidad de autoconsumo colectivo considerando que podría abastecerse un volumen de 1.087.000 viviendas (el 70% de las viviendas de Madrid).

Si en lugar de considerar que esos 1642 GWh se autoconsumen sino que son vendidos a precio de mercado, el valor de dicha energía sería de unos 130 millones de euros (considerando un precio medio de 80 €/MWh). Por todo lo anterior, existe un buen modelo de negocio en la promoción y operación de plantas fotovoltaicas al generar el doble valor económico en autoconsumo colectivo frente a vender la energía al mercado eléctrico.

La venta, además, en autoconsumo colectivo se puede realizar mediante modelos de power purchase agreements negociados con cada autoconsumidor conectado con una duración entre 1 o 5 años y ello asegura al promotor unos ingresos estables.

La ventaja frente al PPA onsite tradicional es simple: el riesgo de que un offtaker (un solo consumidor de energía) incumpla su obligación de compra o pago de la energía entregada es mitigado con una pluralidad de offtakers y, a su vez, con la flexibilidad de poder incorporar nuevas altas o bajas en dicho grupo de offtakers cada 4 meses.

Futuro prometedor

Sin lugar a dudas, nos encontramos a las puertas del despegue definitivo del autoconsumo colectivo y la perspectiva es muy optimista. Todo ello gracias al trabajo de la CNMC (con nueva reglamentación para simplificar trámites), las Guías de IDAE para el Autoconsumo Colectivo, la puesta en marcha de las Oficinas de Transformación comunitaria difundiendo públicamente las ventajas de los proyectos de energía compartida junto a las asociaciones sectoriales y, como no, la imprescindible tracción del sector de instaladores fotovoltaicos y fabricantes de componentes.

A los instaladores fotovoltaicos que han visto la oportunidad de crecimiento de este mercado hay que ofrecerles servicios y herramientas digitales que simplifiquen la legalización de los Autoconsumos colectivos y a su vez herramientas de monitorización en forma de aplicaciones para smartphone o dispositivos electrónicos que calculen y muestren a sus clientes el ahorro energético y económico de cada uno de ellos por sus respectivos coeficientes de energía asignada.

Estas nuevas herramientas deben permitir a los instaladores ser más competitivos y eficientes para abordar este tipo de proyectos y a la vez abrirles las puertas a nuevos modelos de ingresos recurrentes (app de monitorización y seguimiento del proyecto de energía compartida) que complementan a la perfección con los servicios tradicionales de limpieza de paneles y mantenimientos preventivos.

A su vez, la oportunidad para el instalador es mucho mayor porque a través del Autoconsumo Colectivo puede ofrecer nuevos productos y servicios a los múltiples clientes potenciales (todos los miembros del Autoconsumo Colectivo) y todo ello gracias al acceso a los datos energéticos de consumo, autoconsumo y excedentes de cada uno de ellos.

Dichos productos a ofrecer por los instaladores pueden ser baterías detrás del contador, puntos de recarga de VE, aerotermia, domótica o incluso sistemas de seguridad para el hogar...todo ello para seguir el principio, como no, de Antoine Lavoisier y transformar la energía colectiva de autoconsumo en nuevas propuestas de valor.

Xavi Bou es director de comunidades energéticas de Elecsum.

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