El secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, ha dicho que la transición energética es fundamentalmente tecnológica y ha afirmado que la entrada ya en una fase plenamente comercial de las renovables acelerará los cambios, lo que complicará la planificación energética a largo plazo.
Navia, que ha intervenido en un panel de la X Asamblea General de la plataforma Futured, en el que también ha participado el comisario de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, ha señalado que al mismo tiempo, las nuevas formas de consumo, que hacen más transparentes los servicios, aumentan las exigencias para los reguladores.
"La transición energética no es sólo el cambio climático, sino un trato más justo a los consumidores y favorable a sus intereses", ha añadido Navia, quien, por otro lado, ha afirmado que es la innovación la que está impulsando la transición energética y sin ella esta última no sería posible.
Por otra parte, ha señalado que los organismos reguladores tendrán que revisar sus mecanismos de incentivos para ver si son compatibles con el tipo de innovación que hace falta en el nuevo contexto energético, a fin de ajustarlo al tipo de innovación que la sociedad demanda, lo que llevará al reconocimiento de las que tengan acciones positivas y a penalizar a las que las tengan negativas.
Ha indicado que ahora el sistema está enfocado a la eficiencia económica y en términos de costes, pero ese esquema "no es totalmente útil para incentivar las inversiones de ahora", por lo que cree que hay "todo un desafío de regulación para adaptarse a la innovación tecnológica".
Por su parte, el comisario de Acción por el Clima y Energía ha indicado que si Europa es ahora una referencia en renovables y eficiencia energética, es gracias a haberse adherido en su día al Protocolo de Kioto, en el que la UE "estaba sola como la una", pues grandes países como Rusia o Estados Unidos no formaron parte del acuerdo, frente a lo que ha ocurrido ahora con el de París, pese a que EEUU se haya descolgado.
Por otra parte, ha señalado que el objetivo del 95% de descarbonización de la economía europea para 2050 provocará una revolución en las redes de distribución y conllevará una gran innovación para evitar que se disparen los costes.
Frente a las dudas que puedan existir, ha dicho que la transición energética establecida por el Acuerdo de París ya ha comenzado, pues ya antes del mismo el 53,6% de la nueva capacidad energética era renovable y en la actualidad ya hay 173 países con objetivos de energías renovables frente a los 45 que los tenían en 2005.
Arias Cañete ha indicado que es verdad que en 2016 las emisiones se han estancado por tercer año consecutivo, mientras la economía mundial ha crecido un 3%, pero con el motor de combustión tradicional de los automóviles será difícil lograr "avances potentes" a partir de ahora, por lo que sin el desarrollo del vehículo eléctrico será imposible llegar al 95% de descarbonización en 2050.
Ha afirmado que son necesarias más infraestructuras de carga para ese tipo de automóviles, así como proseguir con las políticas de ecodiseño para conseguir reducir el consumo de aparatos y máquinas, a las que se oponen, sobre todo, "políticos demagógicos", pese a que aportan a la industria 55.000 millones de ingresos y ahorran mucho dinero a los consumidores en sus facturas eléctricas.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios