España llegó a su pico de emisiones en 2007, "lo que implica que debe asegurar una reducción del 3 % de sus emisiones cada año para evitar el calentamiento global a un aumento de dos grados", según el World Resources Institute (WRI), y cuyos datos se publican hoy en el informe del Observatorio de la Sostenibilidad publicado hoy.
Según el comunicado del Observatorio, en 2007, las emisiones de España ascendieron a 354 millones de toneladas de CO2 equivalentes.
El estudio muestra un descenso de las emisiones de los sectores fijos en el periodo 2006/2016 que se identifica con el descenso en la generación de carbón y que sigue siendo el principal emisor de CO2 a mucha distancia del resto.
Sin embargo, el Observatorio advierte de que la sequía puede invertir la tendencia positiva, ya que la falta de agua "hace que se genere más energía a partir de las térmicas".
"España alcanzó el pico de emisiones tarde", según el Observatorio, "y se encuentra en la actualidad entre los 49 países del mundo que ya han pasado su año más alto de emisiones".
En la Decisión de Reparto de Esfuerzos 406/2009 de la Unión Europea, los objetivos de reducción están situados en el 10 % para el año 2020, y, según el Acuerdo de París, las emisiones se deberían reducir un 40 % para el 2030.
"Francia y Alemania ya han reducido mucho más sus emisiones, y se recomienda ser mucho más estrictos si no se quiere superar el límite de 1,5 grados para aumentar el calentamiento global", asegura el comunicado.
La diferenciación entre emisiones de grandes instalaciones industriales (fijas), las del tejido PYME no industrial y debidas al consumo (difusas), solo es posible estadísticamente a partir de 2006, cuando se crea el registro Nacional de Emisiones (RENADE).
La evolución de las emisiones fijas desde esta fecha indica que todas las comunidades han reducido sus emisiones fijas entre 2006 y 2016, siendo La Rioja (un 84% menos) y la Comunidad de Madrid (un 75%) las que más han disminuido coincidiendo con procesos de desindustralización; y la Comunidad Valenciana (que permanece igual), Asturias (3% menos) y Galicia (un 7 % menos), las que menor reducción han experimentado, al margen de las ciudades autónomas, que en realidad han elevado sus emisiones.
Las comunidades autónomas que tienen más emisiones por sectores fijos son Asturias y Galicia, coincidiendo con las grandes emisiones de las centrales térmicas.
En el otro extremo, "Madrid, Extremadura y La Rioja, son las que tienen un máximo de emisiones difusas coincidiendo con la carencia total de industrias y por ello un máximo de emisiones debidas al transporte y otros sectores difusos", señala el comunicado.
Según el informe del Observatorio, "por emisiones difusas, la evolución entre 2006 y 2015 muestra una reducción de emisiones en todos los territorios nacionales, incluido las ciudades autónomas. De hecho, la mayor reducción se ha producido en Ceuta con un 55 %".
Entre las comunidades que más han reducido las difusas son: Comunidad Valenciana (31 %), País Vasco (29 %) y Canarias (28 %), mientras en el extremo contrario, Baleares solo ha reducido un 7 % y Aragón, Extremadura y Madrid no llegan siquiera a una reducción del 15 %.
En el índice de emisiones per cápita por Comunidades Autónomas se incluye el factor de población para obtener el 'ratio' de emisiones.
De esta forma, son los asturianos, seguidos de los castellano-leoneses, los aragoneses y los gallegos los que más emiten, coincidiendo con las centrales térmicas de carbón y la industria pesada en zonas poco pobladas por lo general.
Por contra, los menores emisores per cápita son los madrileños, los valencianos y los andaluces.
En cuanto a emisiones difusas per cápita los mayores valores se dan sobre todo en comunidades muy extensas con población más bien dispersa como Castilla y León y Aragón, seguidos por Castilla-La Mancha, Extremadura, Navarra y Asturias.
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