El presidente de ACS, Florentino Pérez, está atado de pies y manos con la actual situación financiera del grupo de construcción y servicios. Más de 12.000 millones de deuda que de momento se lleva por delante los sueños de Florentino de hacerse fuerte en el sector eléctrico.
Florentino dice adiós a Iberdrola y al sector de renovables. O eso es lo que pretende. No hace mucho tiempo se dejó el alma por hacerse con la eléctrica vasca (ACS llegó a poseer un 20% del capital) pero los bancos no perdonan y claro hay que pagarles. ¿Cómo? Con la venta de la participación en Iberdrola.
Ha pasado de ese 20% a menos de un 5%, y porque el mercado no ha querido darle más dinero por las iberdrolas, sino ya se hubiese ido. Pero lo peor de todo es que encima lo ha hecho con unas abultadas pérdidas en el balance. Cientos, por no decir, miles de millones de euros de pérdidas entre las compras de acciones y la posterior venta.
Una pésima operación que ha hecho que sus quasi hermanos, los March, vendieran el 3,7% de su participación, y que otros de sus amiguitos que entraron en el capital de ACS también estén con fuertes pérdidas por la aventura eléctrica del presidente Pérez.
Pero aún hay más. Su estancia en Iberdrola se frustró entre otras cosas porque ACS era competencia de la eléctrica en el sector de las renovables. Pérez realizó fuertes inversiones en energía eólica y fue uno de los pocos que apostó por la energía termosolar. Los recortes a las renovables, que viven una especie de moratoria, ha perjudicado el balance de estos activos.
Florentino, lleva varios años, unos cuatro por lo menos, intentando vender la división de energías verdes. Pero no consigue venderlo. Lo que sí ha obtenido es que sacaran del balance los 2.600 millones de deuda que tienen sus activos verdes. Pero el cuento se ha acabado y la auditora Deloitte (aquella que obvió muchas cosas en Bankia) ahora se cura en salud y apreta a Florentino diciéndole que estos 2.600 millones de deuda ahora sí van a contabilizarse.
Es por ello que el presidente del grupo se ve en la obligación de vender parte del capital de la división. Lo que pretende Florentino es sacar una OPV, al más puro estilo Abengoa, para sacar tajada y reducir la alta deuda. Según cuenta El Confidencial, con la operación, que sacaría un 50% del capital a la venta, se podría sacar unos 500 millones que ayudarían bastante a la situación financiera del grupo.
Si finalmente esto se produce, que habrá que verlo, Florentino habría dicho adió a su aventura en el sector eléctrico. Y encima le ha salido cara la gracia.
Belén Gómez
13/01/2015