Francia, que es un país tradicionalmente exportador de electricidad, se vio obligada en diciembre pasado a importar, algo que no ocurría desde febrero de 2012, por el parón de una parte importante de sus reactores nucleares por controles y operaciones de mantenimiento.
Esa inversión de la tendencia vino en gran medida de la mano de las compras a España, el único país con el que Francia incrementó los intercambios en 2016 (un 6%), según los datos presentados por el gestor francés de redes RTE.
Detrás de esa subida están la apertura desde octubre de 2015 de la nueva línea transfronteriza Santa Llogaia-Baixas, en el extremo oriental de los Pirineos, y las modificaciones de las reglas de explotación de la red española desde la primavera de 2016, precisó RTE en un dossier de prensa.
Las capacidades disponibles entre los dos países fueron de media en 2016 de 2.425 megavatios para exportar desde Francia a España y de 1.950 en sentido inverso, en los dos casos más del doble de las existentes, antes de la apertura de la nueva línea.
En cualquier caso, España en el conjunto del año pasado continuó importando de Francia (13,3 teravatios hora) mucha más electricidad de la que exportó a ese país (5,5 teravatios).
Francia vendió a los países limítrofes, incluido España, 71,7 teravatios hora, mientras que adquirió 32,6 teravatios hora, lo que significa un saldo positivo de 39,1, el más bajo desde 2010.
En diciembre, por primera vez en más de cuatro años y medio, ese saldo fue levemente negativo, de 0,13 teravatios hora.
Lo más relevante del año eléctrico en Francia fue el bajón del 7,8% de la producción de origen nuclear con 384 teravatios hora, que representaron un 72,3% del total, unido a descensos del 15,4% en las centrales de carbón (7,3 teravatios hora), del 13,1% en las de fuel (3,3) y del 1,8% en las eólicas (20,7).
Eso quedó compensado en gran medida con el alza del 60,8% en las centrales de gas (35,3 teravatios hora) del 8,2% en las hidráulicas (63,9), del 11,3% en las solares (8,3), y del 6,3% en las bioenergías (8,5).
Globalmente, la producción eléctrica en Francia disminuyó un 2,8% a 531,3 teravatios hora, mientras que el consumo aumentó un 1,5% hasta 483 teravatios hora.
El pasado año, RTE señaló que hizo inversiones por valor de 1.519 millones de euros para "adaptar la red al servicio de la transición energética", y eso se tradujo en la digitalización de instalaciones con vistas a integrar más renovables, optimizar las infraestructuras y mejorar su explotación.
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