Decía Jack Welch, el que fue presidente y consejero delegado de General Electric, que “si no tienes una ventaja competitiva, no compitas”, y eso es lo que ha hecho su compañía. No quería quedarse atrás en la carrera por situarse entre los grandes promotores de parques eólicos marinos del mundo y en poco más de un año no solo se ha hecho con el negocio de renovables y redes de Alstom sino que ahora quiere tener sus propias fábricas de componentes con la adquisición de la danesa LM Wind Power.
Y su interés es comprensible. La multinacional danesa de fabricación de palas eólicas ha tenido un avance meteórico en el último año, pasando de unos beneficios de 5,9 millones de euros en 2015 a 51,7 millones en 2016, un incremento del 779%. Cuenta con trece fábricas distribuidas en Brasil, Canadá, China, Dinamarca, India, Polonia, EEUU y en nuestro país con dos centros, uno en Ponferrada y otro en la localidad castellonense de Les Coves de Vinromá donde se produce la pala más larga fabricada en España (73,5 metros de longitud), sumando entre ambos casi 1.500 empleos. En breve abrirá también otra fábrica en Turquía.
“El perímetro de GE ha cambiado en este último año”, explican fuentes conocedoras, “durante muchos años su negocio era financiero pero cuando llegó el nuevo CEO a la compañía, Jeff Immelt, la estrategia dio un giro radical hacia las infraestructuras y el sector energético, y ahora es el mercado eólico offshore el que ambiciona”.
“La offshore es considerada una de las tecnologías con más futuro”, señalan varios expertos del sector eólico español, “tanto es así que podría cubrir siete veces la demanda energética de Europa”.
Por tanto, tiene sentido que “GE busque controlar toda la cadena de valor para ser líderes en la construcción de parques marinos, de esa manera lo hará en el menor tiempo posible, ganando así en competitividad”, añaden las fuentes, “y aunque ahora el mercado está en Europa, el siguiente destino, sin lugar a dudas, es la región Asia-Pacífico“.
La carrera por situarse entre los mejores también está llevando a otras compañías del sector a hacer lo mismo. Es el caso de la fusión de Nordex y Acciona Wind Power del año pasado, y la de Siemens Wind Power y Gamesa hace unas semanas, o la alianza Vestas-Mitsubishi Heavy Industries. “En el mar hay una pelea por la potencia y por mejorar tecnológicamente, la rapidez en la capacidad de producir aerogeneradores será el punto de inflexión en esta carrera, y la calidad de las máquinas de Siemens en el mercado offshore es, por el momento, insuperable” explican, “hay que conseguir arrebatarle ese primer puesto”.
Pero no solo participan las grandes firmas europeas o norteamericanas, también los fabricantes chinos, como Goldwind, luchan por esos primeros puestos. “Nadie quiere quedarse atrás en la carrera por liderar la eólica marina en el mundo”, concluyen, “y en los próximos años este sector será el principal impulsor de la revolución energética que vivimos”.