Por fin ya se conoce el cómputo de trabajadores que propone la dirección de GES (Global Energy Services) para el ERE. De las 629 personas que todavía quedan en la plantilla propone deshacerse de 453 puestos de trabajo, lo que supone el 72% del total de trabajadores.
Para los que se quedan, el futuro no es mucho mejor: o suspensión de contratos en función de las necesidades técnicas de trabajo o reducción de jornada hasta el 50% para todos los trabajadores que no sean de mantenimiento o de un 15% para los de mantenimiento.
La situación de la compañía se está complicando por momentos. Según fuentes conocedoras, el concurso de acreedores puede terminar de dos maneras. Por un lado, hay posibilidades de seguir realizando las actividades productivas gracias al acuerdo con los acreedores y a que Cristian Lay saque a la empresa del Concurso. Si se firma un Convenio ratificado por la jueza, se podrían mantener un determinado nivel de negocio y por tanto de viabilidad futura.
El otro lado pinta negro. Si no hay posibilidades de seguir realizando las actividades productivas, GES se arriega a que se tenga que liquidar la empresa, con lo cual podría desaparecer.
Esta última opción cobra cada vez más fuerza porque “existe un importante retraso en la gestión de la crisis, sin duda una de las causas es la gestión legal y judicial del Concurso de Acreedores, que supone un continuo deterioro de GES tanto en su economía como en la posibilidad de acceder a negocios por falta de credibilidad”, señalan las fuentes, “de hecho los clientes tradicionales afirman que no se contratará hasta que GES esté fuera del Concurso de Acreedores”.
Mienras se decide ese futuro, por el momento, sindicatos, dirección y administrador concursal deberán negociar un ERE que representa el 72% de la plantilla a partir del 2 de febrero. La extinción de los 453 puestos de trabajo de un total de 629 personas, se distribuye de la siguiente manera:
De los que se queden, algunos entrarán a formar parte de un ERTE, de una suspensión de contrato de un año de duración, “los que, por una decisión puramente ténica, su puesto de trabajo se queda sin función, pero que podrían entrar a trabajar en cuanto el negocio lo requiera”, señalan las fuentes.
El resto tendrá una reducción de jornada, que podría ser del 50% o del 15% si son o no operarios de mantenimiento, además de una reducción del salario hasta el límite de los convenios colectivos. “Desaparece el concepto de variable, una fuente importante de los salarios de los trabajadores, que van a ver cómo se reduce significativamente su sueldo”, añaden.
Ahora toca a los sindicatos negociar. Sin embargo, según expertos del sector, “la negociación del ERE de GES es diferente porque se encuentra en una situación concursal. Normalmente la dirección de la empresa presenta un alto número de despidos para luego rebajar en la negociación con los sindicatos, pero al estar en concurso de acreedores, y estar bajo la lupa de un juez y de un adminstrador concursal, se ajusta mucho el número, por lo que está difícil que se rebaje, como mucho los operarios de mantenimiento de los parques de Gamesa en Galicia, Portugal y Aragón, que tienen trabajo”.
Si todo el proceso de realiza lo más ágil posible, el juez podría sacar del concurso a GES, pero se necesita un plan viable que sirva para pagar las deudas y el acuerdo de Cristian Lay.
“Está todo muy complicado, no hay garantía de que se salve GES. Suponiendo que la compañía consiguiese evitar la liquidación (lo que implicaría alcanzar una propuesta de convenio dentro del marco concursal y encontrar un nuevo socio estratégico) se podría producir una recuperación parcial de la actividad en la segunda mitad de 2017 en mantenimiento, instalación, facturación a filiales y facturación de servicios centrales”, concluyen.
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Me cuesta creer que una empresa del mundo de la energía se vea obligada a hacer esto. Quizás lo que se debía de estudiar es la sustitución de algunos de sus directivos.