El Parlamento griego ha conseguido algo extraordinario: que la gran mayoría vote la aprobación de una ley (de 230 diputados, votaron a favor 210). Se trata de la que rige el sector de las energías renovables. La nueva ley comprende un reordenamiento importante de este sector energético del país, con la que se pretende eliminar los errores del pasado, y aunque haya primas, se basarán en los precios del mercado.
El importe de la prima dependerá de algunas variables de mercado (por ejemplo, el precio marginal del sistema) y una tarifa fijada por medio de licitaciones competitivas. Es decir, su compensación consistirá en el precio al que consigan vender su electricidad en el pool más una prima variable. Esta última es la diferencia entre un precio en función de las variables de mercado (por ejemplo, el precio marginal del sistema) y un precio fijo decidido a través de una licitación pública.
La prima tendrá una validez de 20 años pero no se aplicará a las islas no interconectadas con la península griega. Y además, tiene dos excepciones, la solar térmica, que alargará la prima hasta los 25 años y la solar fotovoltaica de menos de 500 KW, que mantendrá la prima que tenía antes de esta ley, con un precio de 90€ por MWh.
De acuerdo con la nueva política, todas las tecnologías renovables conectadas a la red desde el 1 de enero de 2016 participan en el mercado eléctrico pero a partir del 1 de enero de 2017, el nuevo esquema para aprobar nueva potencia renovable se basará en ofertas competitivas. Siguiendo las recomendaciones del regulador de energía, el Ministerio de Energía griego convocará licitaciones para aumentar la potencia de las tecnologías que considere necesarias.
Este año, solo se ha abierto una licitación piloto para solar fotovoltaica de unos 40 MW. Los inversores tienen que pagar una cuota de 500 euros al regulador de energía griego para ser admitidos en el proceso de licitación.
En el caso de los parques eólicos de menos de 3 MW, los proyectos renovables de menos de 500 KW o los que utilicen alguna tecnología innovadora (por ejemplo, algún desarrollo realizado por universidades) pueden aplicar FIT, es decir, primas reguladas.
Si los proyectos se han realizado mediante un acuerdo de compra de energía (PPA) con las instituciones griegas antes del 31 de diciembre de 2015, no se aplica retroactividad y se mantiene el anterior régimen (FITs estables). La única condición, en concreto para los parques eólicos, es que conecten a la red antes del 30 de junio de 2018, y del 31 de diciembre de 2017 para todos los demás tipos de tecnologías.
Autoconsumo compartido
Por último, la nueva ley permite el autoconsumo compartido pero solo para consumidores específicos como el sector educativo (escuelas y universidades, por ejemplo), los ayuntamientos y comunidades autónomas, y los agricultores o asociaciones agrícolas. Todos ellos pueden utilizar cualquier tipo de tecnología renovable para su autoconsumo.
El sistema que se emplea es la Medición Virtual Neta (Virtual Net Metering), es decir, que la energía que se genera por medio de una instalación renovable se acredite a las cuentas individuales de los consumidores que están conectados al mismo punto de suministro del servicio.
En definitiva, la nueva ley beneficia particularmente al sector fotovoltaico que se disparó en 2012 y 2013, pero se estancó en 2014 y 2015. Ahora el sector ve una oportunidad para volver a poner en marcha las inversiones. En el caso del sector eólico, como nunca se estancó y se mantuvo un aumento sostenible de la capacidad instalada a lo largo de todos los años, la nueva ley es bienvenida pero se pide más claridad con respecto a los mecanismos de mercado tan pronto como sea posible. La incertidumbre nunca ha sido buena compañera del capital y las inversiones.
Según las últimas estadísticas publicadas a principios de agosto por Lagie, el operador del mercado de la electricidad de Grecia, el país ha instalado 2.604 GW de energía solar fotovoltaica, 2.283 GW de eólica, 224 MW de minihidráulica y 53 MW de biomasa y biogás.
Romain
29/08/2016