Los trabajadores de Inabensa, la filial de ingeniería eléctrica y electrónica de Abengoa, están viviendo sus horas más bajas. Sindicatos y empresa están en plena negociación para salvar del ERE, la extinción total de contratos, a 395 personas y la suspensión temporal de otros 25, mediante un ERTE. La compañía alega que esta decisión ha sido tomada por falta de liquidez, pérdidas económicas, disminución de la cartera de pedidos y la incertidumbre sobre su futuro.
Sin embargo, esta filial estrella, con sede central en el Puerto de Sevilla, unos 1.500 empleados, ingresos de 438 millones de euros en 2014 y un suculento beneficio de 104,8 millones, es de las más rentables del grupo. "De hecho, sabemos que tiene una cartera de pedidos de 8.000 millones de euros, lo que nos falta por saber es si están todos aprobados y en qué plazo", explica Angel Muñoa, responsable del sector de Energía de CCOO de Industria, "y no entendemos que ahora no esté dentro del perímetro CORE de la matriz Abengoa, cuando sí se le incluyó en el Plan de Viabilidad de enero pasado".
Inabensa hereda la actividad fundacional de Abengoa desde 1941 y es el activo más valioso para vender en el mercado al mejor postor. Además de Sevilla, la empresa tiene plantas de fabricación de grandes equipos eléctricos y electrónicos en Alcalá de Henares y Tianjin (China) y tiene presencia en 15 países de América, Oriente Próximo, Asia y Europa con instalaciones propias. Además participa en la construcción del AVE a la Meca y de kilómetros de líneas eléctricas en América, Asia o Europa.
La empresa sevillana necesita liquidez para salvar los muebles ya que en el último año y medio ha vendido sus plantas energéticas solventes a su estadounidense Atlantica Yield, mediante operaciones valoradas en más de 1.300 millones de euros, pero debe obtener un mínimo de 420 millones en 2016.
Los novios de Inabensa
Aunque si ahora están preparándola para dejarla bonita no es porque en el pasado no tuviera pretendientes. Ha estado en el radar de gigantes como Siemens y de fondos de capital riesgo como Springwater, y también de pequeñas pero potentes empresas españolas como Ditecsa.
Esta última, una ingeniería sevillana, especializada en proyectos llave en mano de energía, minería y agroalimentación, es más pequeña que Inabensa pero pretende hacerse con ella mediante una ampliación de capital donde se puedan incorporar inversores dispuestos a entrar en el capital y así no asumir riesgos.
Mientras tanto, fuentes del sector aseguran que Siemens sigue interesado en ella. Es desde hace años un importante suministrador y al tiempo cliente de Inabensa, y las actividades de la empresa sevillana son muy complementarias con las del grupo alemán.
Pero no son los únicos. En 2015 también despertó el interés del grupo francés de infraestructuras Vinci pero las negociaciones no llegaron a buen puerto. Abengoa quería que con la venta se incluyeran algunos activos a los que la francesa se negó.
Los cambios que está experimentando esta filial no solo son de ajuste de plantilla. Todos los trabajadores que estaban en el cuartel general de Abengoa se trasladaron hace poco a sus talleres eléctricos de última generación, en el polígono Torrecuéllar, al sur de la ciudad.
Un cúmulo de decisiones que se interpretan como previa a la venta.
Fred
07/01/2020