El número de instalaciones de biomasa existentes en Castilla y León para proveer de calefacción aumentó en 2016 el 22,8 por ciento, hasta las 31.138, lo que representa 5.769 más que en el año anterior, hasta contar con una potencia instalada de casi 1,4 millones de kW.
Este potencial permite evitar la emisión de 859.156 toneladas de dióxido de carbono, equivalente al generado por 572.769 vehículos durante un año, ha informado en un comunicado la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, que participa desde ayer en la Feria de Muestras de Valladolid.
El presidente de esta entidad, Javier Díaz, ha sostenido que la evolución del sector es positiva porque “se han superado los objetivos” marcados para el pasado año, a pesar de que fue un invierno con temperaturas más suaves de lo habitual y el precio del gasóleo estuvo bajo, además de que “la inestabilidad política” provocó una “ligera contracción del consumo general”.
La mayor parte de los equipos instalados durante 2016 fueron estufas de pellet (674), cuya tendencia de comercialización ha derivado hacia los grandes almacenes de bricolaje y continúa al alza con equipos cada vez de menor potencia, pero más tecnificados, con una potencia media de las estufas comercializadas de 11,3 kW