La hibernación del almacén de gas Castor, que ha aprobado el Gobierno bajo una indemnización de 1.350 millones de euros para ACS, podría generar un antecedente peligroso para el sistema energético. La hibernación de la instalación gasística abre la veda para que los ciclos combinados recorran ese mismo camino hacia el cementerio. Pero no será fácil.
Tal y como contamos en este diario, las centrales de ciclo combinado están prácticamente paradas. Trabajan a un 10% de su capacidad. Y algunas de sus instalaciones incluso ni se encienden. Las eléctricas negocian con el Ministerio de Industria para resolver esta complicada situación. Para las compañías sería vital ya que pierden dinero con ellas. Pero Industria no da su brazo a torcer, o por lo menos así ha sido hasta ahora.
La hibernación de Castor ha encendido una peligrosa vía para Industria, ya que las propietarias de centrales eléctricas de ciclo combinado quieren tener el mismo trato que ha tenido ACS con el almacén. Sin indemnización, claro. A las eléctricas, con que las dejen pararlas y no perder más dinero les sería suficiente. Pero incluso así, también lo tienen complicado.
La gran diferencia de Castor con los ciclos combinados es que no se ha generado ningún escándalo en la gestión como sucedió con el almacén y los cientos de terremotos generados. Pero hay más. Los ciclos ya llevan varios años en funcionamiento, aunque sea a bajo rendimiento, y fueron construidos por las eléctricas bajo su responsabilidad, aunque con el beneplácito y la autorización de las distintas administraciones. El Estado no se hace responsable de los ciclos ya que fueron inversiones privadas. Sin embargo, en Castor sí, ya que fue el Gobierno de Zapatero quien sacó la licitación y dejó la posibilidad a ACS de abandonar el proyecto en cualquier momento.
Por otro lado, Industria sabe perfectamente que no puede ceder un ápice con los ciclos. Si abre la más mínima posibilidad de hibernación, los más de 50 ciclos querrán cerrar temporalmente y eso podría ser un jaleo importante que Industria quiere evitar a toda costa.
Ya ha habido peticiones de cierre. Por ejemplo la del año pasado de Iberdrola que quería poner fin a uno de los ciclos de Arcos de la Frontera (Cádiz), pero el Gobierno declinó la petición. Cerró la puerta a las hibernaciones pero en los últimos meses han vuelto a llamar a las puertas del Ministerio. Las eléctricas negocian, el Gobierno escucha y estudia cómo afrontar la situación de tener 25 Gw semiparados con una demanda por los suelos.
Ahora con la hibernación de Castor, la presión va a más en Industria y tendrá que buscar una buena respuesta para dar a las eléctricas si pretende mantener las centrales de ciclo combinado. Y esa respuesta no tardará mucho en conocerse.
AI
06/10/2014