El gobierno alemán quiere aprovechar su presidencia del G7 para impulsar el uso de las energías renovables en todo el mundo, como parte de la política para combatir el cambio climático y, además, como un camino para reducir la dependencia de las fuentes fósiles de energías.
Ese será uno de los temas de la reunión de ministros del G7 responsables de asuntos energéticos que tendrá lugar a partir de mañana en Hamburgo (norte de Alemania).
El anfitrión de la reunión es el ministro de Economía y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, que desde hace un tiempo insiste en la idea de que un cambio en la política energética -dándole prioridad a las renovables- no sólo traerá beneficios ecológicos sino también ventajas económicas.
El ejemplo de ello es lo que viene pasando en Alemania donde, según Gabriel, el impulso a las renovables ha facilitado la reindustrialización de muchas zonas del país con el desarrollo de nuevas tecnologías.
En un simposio reciente, organizado por el Ministerio de Exteriores, Gabriel dijo que durante mucho tiempo en las conferencias internacionales para la protección del clima había una parte oficial, en la que se hablaba de temas ecológicos, y otra no oficial, en la que se defendían intereses económicos.
Ahora se estaba pasando, según Gabriel, a comprender los beneficios económicos que puede traer un cambio del modelo energético y la pregunta que se hace ya no es tanto por los costes de ello sino por las oportunidades que abre.
En Alemania, cuando se decidió poner fin a la energía nuclear -el último reactor deberá desconectarse de la red en 2022- la discusión se centró en las consecuencias económicas de la medida y en la posible destrucción de puestos de trabajo.
Sin embargo, con el tiempo empezaron a verse los beneficios y mientras que el sector de la energía atómica generó, en sus mejores tiempos, cerca de 30.000 empleos en Alemania, el de las energías renovables tiene actualmente cerca de 300.000 puestos de trabajo.
La última reunión de ministros de Energía del G7 se realizó en Roma en 2014 bajo el impacto de la crisis entre Rusia y Ucrania y las implicaciones de ésta en el suministro energético en Europa.
El tema, un año después, sigue presente por lo que los ministros seguramente proseguirán algunos debates iniciados en Roma.
Para la presidencia alemana, la cuestión clave es enfrentar esos temores desde la innovación tecnológica, con lo que el reto de asegurar el suministro energético abriría también posibilidades de crecimiento.
Los ministros serán recibidos mañana por Gabriel y por el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, ambos socialdemócratas, en el ayuntamiento de la ciudad hanseática y posteriormente inaugurarán un parque eólico situado en el mar del Norte que deberá abastecer de energía a 320.000 familias.
El martes será el día de las deliberaciones que, al lado del impulso a las renovables, tendrá como tema la estrategia conjunta para reducir la dependencia del gas ruso.
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