España sigue siendo una de las potencias mundiales en el sector eólico. Con sus 23.025 MW instalados, se mantiene entre los ocho países del mundo que superan los 10 GW, pero todos son terrestres. ¿Qué pasa con la eólica marina?
“No se está haciendo prácticamente nada porque en nuestra costa no se cumplen los dos requisitos necesarios para que sea eficiente un parque eólico marino, el recurso eólico y la profundidad, y ambos son insuficientes, el primero en general no es muy bueno en ningún punto de la costa y luego la profundidad no es la adecuada“, explica Álvaro Martínez Palacio, director de operaciones de Iberdrola en el parque offshore Wikinger del mar Báltico.
Según el IDAE, Galicia presenta los valores de potencial de energía más elevados, con potencias medias en profundidades indefinidas entre 40-45 kW/m. El mar Cantábrico es en segundo lugar, la siguiente zona del litoral en cuanto a recurso (alrededor de 30 kW/m disminuyendo de Oeste a Este). El Mediterráneo y el Golfo de Cádiz presentan valores medios anuales menores a 10 kW/m. Existe una fuerte estacionalidad en la potencia media, pudiendo presentarse en invierno potencias medias de 75 kW/m (Galicia), 50 kW/m (Cantábrico) y 35 kW/m (norte de Canarias). En Baleares apenas se aprecia una media de 5,11 kW/m.
En el Mar del Norte, Mar Báltico o Mar de Irlanda, se suelen superar los 75 kW/m de media anual, según un informe de Fraunhofer Institute for Wind Energy and Energy System Technologies IWES.
Pero “además, hay otras condiciones como las medioambientales, que complican aún más las opciones”, explica el experto. El Plan de Energías Renovables 2011-2020 recomendaba excluir zonas donde predominaran praderas de Posidonia oceánica -y otras fanerógamas marinas, así como zonas identificadas como de alto valor para la biodiversidad, rutas de migración y zonas de reproducción o alimentación de aves marinas, áreas de interés para cetáceos o tortugas marinas, “y aunque alguno pueda pensar que también está el inconveniente de la visualización de los molinos desde la costa, al ser un país que vive del turismo de sol y playa, suelen estar lo suficientemente lejos como para que no se aprecien a simple vista”.
“Pero por encima de todo es que las soluciones que se utilizan en eólica marina son con cimentación. Se empezó en zonas con profundidades de 10m, luego a 20m y en estos momentos se ha llegado a 40m, pero en cuanto se superan los 50-60m el reto es muy grande y tampoco es rentable”, añade Martínez Palacio.
Así que para los 8.000 kilómetros de los que dispone la costa española, la única alternativa posible es la tecnología flotante, “que está en una fase de diseño y de desarrollo precomercial porque la fiabilidad no está contrastada”, asegura. Pero los aerogeneradores flotantes se presentan como una opción de cara al futuro. Se trata de unas turbinas que se ubican sobre una estructura anclada con cables de acero al fondo marino, y por tanto, la profundidad no sería un problema.
De hecho, frente a las costas portuguesas, la eléctrica EDP, junto a otras compañías entre las que se encuentra Repsol, crearon en 2007 la empresa Principle Power con la que ya se está llevando a cabo proyectos de energía eólica marina flotante.
En España empresas punteras como Acciona, Gamesa, Gas Natural Fenosa Renovables (GNFR), Windar Renovables o Iberdrola han estudiado varias posibilidades. En el caso de la eléctrica, los proyectos de I+D que desarrollaron en su día, como Ocean Lider y Flottek, no están actualmente activos, pero GNFR participa junto a otras empresas y entidades en el proyecto ZEFIR Test Station, una planta de I+D de ensayos de energía eólica marina en aguas profundas.
De todas las investigaciones que se llevan a cabo, hay tres proyectos muy avanzados, “uno de ellos es la plataforma flotante anclada al fondo marino, llamada WindFloat, que es la que se está utilizando en Portugal, y que consigue su estabilidad gracias al uso de “placas de atrapamiento de agua” situadas en la parte inferior de los tres pilares, otro es un nuevo concepto de plataforma flotante semisumergible que ofrece gran estabilidad, y el tercero es la plataforma Spar, que consiste en grandes cilindros verticales de acero.
Mientras se siguen estudiando las diferentes opciones, la eólica marina sigue esperando a que llegue su momento en España. En el año 2011, según las previsiones del PER 2011-2020, se estimaba que habría 22 MW de offshore instalados en 2015 con una producción aproximada de 66 GWh/año y un objetivo para 2020 de 750 MW de potencia que generarían aproximadamente 1.845 GWh de electricidad, pero lo cierto es que dista mucho de conseguirlo, y habrá que esperar muchos años para que este recurso renovable sea una realidad en nuestro país.