La industria papelera española es una de las grandes patas de la cogeneración. Actualmente, un 20% de la electricidad generada por las plantas de cogeneración españolas se hacen desde instalaciones donde se fabrica papel o celulosa.
Fue la industria papelera la primera que apostó por esta tecnología para poder ahorrar costes energéticos. Buena parte de sus plantas decidieron a principios de siglo por funcionar con cogeneración. Y no les fue mal, hasta que llegó el recorte retroactivo que dejó tiritando a la industria cogeneradora.
"La reforma energética aprobada por el Gobierno ha minado la competitividad de la industria papelera", asegura Carlos Reinoso, director general de Aspapel, la patronal del sector, a El Periódico de la Energía.
"Hemos perdido cuota de mercado nacional y hemos bajado las exportaciones", señala el directivo de Aspapel. Para muestra un botón (Ver gráfico).
El ejercicio 2015 fue el del inicio de la recuperación del sector, que vio por fin crecer la producción papelera, aunque lejos todavía de poder aprovechar el tirón de la demanda interna. El 2,6% de incremento en la producción de papel en el pasado ejercicio está aún muy por debajo del 5,6% de crecimiento del mercado interior que se llegó a registrar en años anteriores.
Las exportaciones de papel, que habían crecido de modo importante en los años de severa caída del mercado interno, disminuyeron en 2015 el 4,1%. "La pérdida de competitividad, causada en el sector por los sobrecostes derivados de la reforma energética —competitividad recuperada solo parcialmente—, está en la raíz de estos datos", asegura Reinoso.
La solidez de la industria papelera española y el fuerte ciclo inversor que tuvo lugar entre 2005 y 2008 permitieron al papel capear la crisis con un mejor comportamiento que la media europea del sector y por encima del Índice de Producción Industrial (IPI) y del PIB en España.
Todo ello hacía esperar un importante despegue de la producción cuando el mercado interior y los principales mercados de exportación (Francia, Italia, Alemania, Portugal…) se reactivasen. Sin embargo, el tan anhelado crecimiento del mercado interior de papel, que se produjo ya en 2014 (2,8%), se cubrió paradójicamente con importaciones, mientras la producción española de papel descendía un 2,4% y las exportaciones caían el 4,3%.
"El ejercicio 2014 fue una oportunidad perdida para el sector papel: un resultado inesperado para una industria que había dado sobradas muestras de su fortaleza y su alto nivel de competitividad", afirma el director general de Aspapel.
"La reforma eléctrica, que ha supuesto para el sector un deterioro de su competitividad en el peor momento, está sin duda detrás de esta pérdida de cuota en el mercado nacional y del retroceso de las exportaciones registrado en 2014 y 2015", recalca.
Posibles mejoras
La industria papelera necesita cambios normativos de calado para poder salir adelante con garantías y así poder competir de tú a tú con los grandes del sector en Europa. Una de esas soluciones es la subasta de interrumpibilidad de la que tienen que salir bien parados de cara a 2017.
Reinoso asegura que la modificación de los requisitos para poder participar en la subasta de interrumpibilidad ha dado un soplo de aire fresco al sector. En 2015 varias plantas se quedaron sin poder participar en la del año pasado y tuvieron que devolver el dinero percibido en ese ejercicio.
En buena parte, las sanciones se produjeron por el incumplimiento de las órdenes de interrumpibilidad que se llevan a cabo durante el año, en las que las centrales de cogeneración asociadas a las plantas no produjeron a los niveles exigidos, es decir, al 100%. Sin fallo alguno.
"El requisito sigue existiendo. Se ha resuelto una parte, pero hay que hilar muy fino para cumplir las órdenes. La interrumpibilidad es muy exigente, pero a la vez es muy importante para optimizar los costes de la industria", afirma Reinoso.
La otra solución pasa por el Plan Renove de la cogeneración. Buena parte de las centrales que producen en las plantas de papel y celulosa tienen entre 12 y 14 años, es decir, están a punto de cumplir su ciclo de vida.
Y es por ello, que demandan una nueva normativa. "No es un tema de ayudas, necesitamos que se renueve la cogeneración", asegura el directivo. "Necesitamos un nuevo marco retributivo para el segundo periodo. Las plantas van cumpliendo años y el problema es que se acaba el tiempo".
"Se debe dar la posibilidad a la industria para que pueda realizar las inversiones necesarias". Esas inversiones rondan los 300 millones de euros en las plantas de papel. Pero para poder realizarlas necesitan el nuevo marco retributivo, y de momento en Industria no hay prisa por llevar a cabo este nuevo reglamento. "Es una cuestión de voluntad política", recalca.
De momento, en noviembre llega la subasta de interrumpibilidad, y ya para 2017 será cuando tendrán que luchar por el nuevo marco retributivo.
El Papel cada vez tiene un "papel" similar al carbón, representar el pasado.
Dabama
04/10/2016
Traducción de INTERRUMPIBILIDAD: Que los consumidores domésticos sufraguemos a la industria devora energía. Mucha de esta para papel de publicidad que acaba en forma de basura (también parte del aluminio) o prensa antediluviana. ¿Tiene sentido este ESCÁNDALO cuando a la vez pagamos a los ciclos combinados (27 GW) por estar a la espera por si se les necesita?
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Dabama
04/10/2016