La Unión Europea ha exhibido en Marruecos su compromiso con las energías renovables, y concretamente con la megaplanta solar de Uarzazate (sur del país), la mayor del mundo en construcción, financiada en un 60% con fondos europeos.
En el día en que entraba en vigor el Acuerdo de París por el cambio climático, y a solo tres de que se inaugure en Marrakech la COP22, la cumbre dedicada a luchar contra sus efectos, la UE quiso poner de relieve su apuesta por las renovables con una visita guiada a la planta de Uarzazate, que cuando esté terminada ocupará 3.000 hectáreas al sur del Alto Atlas.
En esta meseta plana y árida hay 300 días de sol al año, y según los responsables de la planta llamada "Noor Uarzazate", las horas de sol anuales son un 20% más que en España.
Actualmente está en servicio la primera fase, inaugurada el pasado febrero y que con sus espejos parabólicos de tecnología CSP ("concentrated solar power") ya puede producir 160 megawatios anuales, capaces de garantizar el consumo de 600.000 personas.
Los espejos ocupan 1,4 millones de metros cuadrados, en hileras paralelas, y son solo el principio, porque a Noor 1 le van a seguir las fases 2 y 3, ya en construcción y también de tecnología CSP.
La tercera fase contempla una gigantesca torre de 250 metros de altura (que se ha presentado como la mayor del mundo en su género), hacia ella dirigirán sus reflejos los espejos situados en círculos concéntricos, y en ella el calor solar servirá para calentar agua hasta la ebullición y convertirla en energía.
Mientras que en la fase 1 hubo cientos de técnicos españoles traídos por Acciona, que se encargaba de toda la parte de ingeniería y construcción, en la segunda y tercera son mayoría los técnicos chinos, traídos por otra empresa española (Sener) que está asociada en un consorcio con la saudí Acwa.
Habrá en Uarzazate una cuarta fase, de tecnología fotovoltaica (los clásicos paneles solares), que aunque es más barata no permite, como la CSP, almacenar la energía.
De hecho, las tres primeras fases de Noor permiten almacenar energía solar varias horas tras la puesta de sol (3 en la fase primera y 7 en las fases 2 y 3), que en Marruecos, como en el resto del mundo, coincide con el mayor consumo eléctrico en el ámbito doméstico.
Cuanto las cuatro fases estén completas, esta planta producirá anualmente 580 megawatios; a ella le seguirán otras tres en Midelt (centro), Tata (sur) y El Aaiún (Sáhara Occidental) con las que Marruecos aspira a producir 2.000 megawatios de energía solar en solo cuatro años.
En paralelo, el país tiene previsto el desarrollo de un ambicioso plan eólico: los molinos de viento ya producen actualmente en cuatro plantas 550 megawatios anuales, y hay otras siete en proyecto que aportarán 1.300 megawatios suplementarios.
En 2030, y sumado el aporte de la energía solar, la eólica y la hidráulica (las 27 presas actuales producen 1.300 megawatios), las energías renovables supondrán un 52% de toda la capacidad eléctrica producida por Marruecos, una proeza cuando el país dependía hasta el año pasado en un 97% de energías fósiles.
En el desarrollo de las renovables es clave el apoyo financiero europeo: solamente en la planta de Uarzazate, las donaciones o préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la Agencia Francesa para el Desarrollo y el KFW (banco alemán para el desarrollo) han supuesto 1.200 millones de euros, aproximadamente un 60 % del coste total de la megaplanta.
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