La Unión Europea se está engañando a sí misma y a sus ciudadanos. Ahora, la eficiencia energética, la pata que quería basar la Comisión Europea su estrategia energética en el futuro ya no será obligatoria para que lo cumplan los Estados Miembro.
La nueva propuesta que salió este lunes del Consejo de Energía de la UE ha tachado la palabra vinculante para poner indicativo. El objetivo del 30% para 2030, que lo salvó Arias Cañete in extremis junto a Francia y Alemania, ya no será vinculante.
¿Y eso qué significa? Que ya no será obligatorio cumplirlo por parte de los países. Ahora, cada uno hará lo que quiera en esta materia. Obligará a ciertas medidas, pero ya no se perseguirá a los países que incumplan este porcentaje. ¿Se imaginan que el 30% se hubiese quedado en 27%?
Este lunes el Consejo de la UE ha declarado no vinculante el objetivo de eficiencia energética, así como el de eficiencia en edificios. La UE flojea. Ahora, de las tres patas de la Unión Energética, solo el objetivo final de toda la UE en reducción de emisiones para 2030 es vinculante. Ni las renovables ni la eficiencia.
¿Este es el liderazgo que quiere hacer la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático? Los objetivos del Acuerdo de París se desinflan cada vez que se reúnen en Luxemburgo. Ahora solo falta que Polonia se lleve el gato al agua.
España lo pudo comprobar en el apartado de interconexiones energéticas que se llevó a cabo ayer. Quedó en papel mojado, y el silencio de Francia sonó como una bofetada para España en su petición de auxilio para obtener más interconexiones.
Francia nos la vuelve a jugar, y sin un apoyo unánime de Francia, que no se produce España y Portugal seguirán siendo una isla energética, con los problemas que ello conlleva, sobre todo a la hora de formar precios en el mercado eléctrico.
Sin interconexiones, España se queda fuera del Mercado Único, y eso a Francia parece no importarle, por mucho que luego se reúnan con el Gobierno español y le digan que van a poner en marcha el proyecto del cable submarino por el País Vasco.
España, tiene el apoyo de Alemania, que también necesita el ok de la UE a sus proyectos de interconexión eléctrica interna. Tiene que conectar el país para que la industria del sur se beneficie de la eólica marina.
Pero el silencio francés deja en evidencia los planes españoles. No está todo perdido, pero ahora le toca al ministro Nadal, y al presidente Rajoy, hacer muchos más esfuerzos para que se lleven adelante las interconexiones prometidas.
Si la UE es incapaz de hacer vinculantes sus objetivos de renovables y eficiencia, no tendrá por qué hacer lo mismo con las interconexiones, que suponen una alta inversión. Muchos países ya están conectados. Y no están dispuestos a que se dediquen muchos esfuerzos económicos a estos proyectos.
Arias Cañete está en una encrucijada porque la Comisión Europea quiere lograr esas interconexiones para conseguir ese mercado único de la energía. Es tiempo de negociación. Todo lo que se aprobó ayer tiene que ser refrendado por el Parlamento Europeo y las cosas podrían cambiar, pero de momento, la Unión de la Energía, hace aguas.
Un análisis de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía.
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