Los ministros de Energía de los países del G20 se reúnen entre hoy y mañana, 29 y 30 de junio, en Pekín, bajo la presidencia de China, para trazar una estrategia energética sostenible, negociar cómo aplicar los Principios de Colaboración en Energía del G-20, fortalecer la cooperación en el acceso a la energía y desarrollar las renovables y la eficiencia energética.
Sin embargo, la tensión entre Rusia y Arabia Saudí podría provocar la ausencia del ministro de Energía ruso, alegando compromisos nacionales como la reunión del carbón de San Petesburgo. Ambos países son grandes productores y exportadores de petróleo del mundo, rivalizando entre sí en Asia pero ahora su competencia también se extiende a Europa.
Mientras tanto, los representantes de las carteras de Energía de Argentina, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, República de Corea, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea, (con la asistencia de Miguel Arias Cañete), se enfrentan a la incapacidad para acordar una fecha límite para la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles.
Representantes de Naciones Unidas, la Unión Europea y más de 200 organizaciones no gubernamentales han instado al G20 para que ponga fin a años de negociaciones infructuosas y seguir el ejemplo del G7, las grandes potencias industrializadas del mundo, que ha establecido una fecha para el fin de los subsidios al carbón, al gas y al petróleo.
Fuentes de la UE en Pekín han filtrado que se presiona para que el año 2025 -el mismo acordado por el G7- sea el que se ponga sobre la mesa durante las conversaciones de energía. Una propuesta que será defendida por el Comisario Europeo de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete.
Por su parte, las ONGs proponen una fecha mucho más temprana, para el año 2020.
“El mensaje de París es claro y ahora la cuestión es: ¿por qué no poner una línea del tiempo en él?”, señala Rachel Kyte, directora ejecutiva del departamento de Energía Sostenible de Naciones Unidas. Fue ella quien confirmó que a la mayoría de los países del G20 les parecía aceptable el año 2025 como fecha tope, aunque preferiría que las subvenciones pudieran ser eliminadas tan pronto como sea posible. “Es el momento de hacerlo, tenemos unos precios del petróleo muy bajos y los países que no funcionan ya con subsidios están cosechando las recompensas”.
Es fácil pensar que a un gobierno le puede interesar eliminar las ayudas a los combustibles fósiles porque traería como consecuencia un abaratamiento de los precios pero abundan las complicaciones políticas.
Japón, por ejemplo, se ha resistido a la exigencia de la OCDE y no ha eliminado las ayudas a la exportación de su carbón o la financiación preferencial para las empresas que exportan tecnología fósil, como la marca Toshiba. Además, el país nipón está quemando cantidades récord de carbón para producir electricidad y planea utilizar aún más para cubrir el vacío de la paralización de su sector nuclear tras la catástrofe de Fukushima.