La European Academies Science Advisory Council (EASAC), que reúne a las academias de la ciencia de todos los países, incluida la española Real Academia de las Ciencias, y que se ha convertido en la voz de la ciencia en Europa, acaba de hacer una declaración que, en resumen, viene a decir que con una regulación efectiva, los avances tecnológicos y una correcta operación de los pozos el_ shale gas_ se puede extraer mediante las técnicas de fracturación hidráulica o 'fracking' sin impactar en el medio ambiente, las fuentes de agua o las comunidades locales y que, además, proporciona beneficios para el medio ambiente tales como la reducción de emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero.
Como todo el mundo sabe, la producción de hidrocarburos no convencionales ha reducido de forma significativa el precio de la energía en EE UU, lo que indudablemente ha ayudado a mejorar la competitividad de la industria norteamericana. Y estos beneficios que la producción de shale gas y shale oil está proporcionando a EE UU han planteado la pregunta de si el procedimiento debería o no repetirse en Europa.
Dado el gran potencial geológico que el gas pizarra tiene en Europa (ver mapa) y el interés activo de la industria de exploración y producción para desarrollarlo, el futuro de la extracción de gas no convencional en la Unión Europea es el objeto de un importante debate aún abierto. En este debate, los responsables políticos deben conciliar los objetivos económicos y la inquietud acerca de la fiabilidad de las importaciones de gas convencional y de petróleo con las estrategias de atenuación de los gases de efecto invernadero y las cuestiones ambientales de ámbito local.
La declaración de la EASAC ha venido a poner un poco de luz en este espinoso debate que tanta polémica ha levantado en estos últimos tiempos. La EASAC aborda las tres cuestiones que se exponen actualmente en el debate público sobre el potencial de la explotación de shale gas en Europa. En primer término, las consecuencias que puede acarrear la alta densidad de población en Europa combinadas con el problema del uso del agua; en segundo lugar, la cuestión de las fugas de metano y, por último, el desafío que representa conseguir la aceptación pública.
La declaración de los científicos europeos acepta que, aunque estas preocupaciones están justificadas, las tres se pueden mitigar mediante el uso de las mejores prácticas y una regulación adecuada. Por lo que en esta declaración, se concluye que los responsables políticos deben tener en cuenta las cuestiones tratadas en el informe, pero que estas no son un obstáculo insalvable a la hora de hacer uso del potencial europeo de shale gas.
Alta densidad de población y el uso del agua
Algunos de los primeros proyectos de fracturación hidráulica en EE UU tuvieron que llevarse a cabo en zonas remotas debido al impacto potencial que podían causar en comunidades densamente pobladas. Sin embargo, las últimas plataformas de perforación (que pueden albergar más de un pozo) y las técnicas de perforación horizontal más recientes, como las que se han usado en Pensilvania causan menos impacto en áreas con una alta densidad de población.
Ciertas experiencias negativas en los EE UU, causadas en su mayoría por malas prácticas de perforación y una gestión en superficie deficiente, han despertado la preocupación pública sobre la calidad y el uso del agua. Sin embargo se observa que las mejores prácticas ya están disponibles y que pueden hacerse cumplir mediante el establecimiento de normativas legales y obligaciones estrictas a la hora de conceder la licencia a las actividades de fracturación hidráulica. La composición del agua subterránea se debe conocer como parte de un plan de control exhaustivo, para poder detectar de forma temprana cualquier posible fuente de contaminación y disponer de tiempo para responder al problema.
Emisiones de gas de efecto invernadero
En principio, el gas natural puede reducir las emisiones de CO2 de forma significativa al sustituir al carbón. No obstante, las ventajas relativas en materia de emisiones de gases de efecto invernadero que puede presentar el uso de gas pizarra en vez de carbón dependen, en gran medida, de los niveles de pérdidas de metano producidos durante la extracción del gas pizarra, su transporte y distribución y cualquier posible fuga futura originada en pozos de gas pizarra abandonados.
Según la EASAC, en la actualidad, se conoce cuáles son las mejores prácticas para asegurar la integridad del pozo y por tanto minimizar las emisiones de metano generadas durante las etapas de construcción y producción. Asimismo, también se dispone de una serie de mejores prácticas para una terminación de pozos respetuosa con el medio ambiente, que consiste en la recogida y gestión del metano y otros gases emitidos por el reciclaje del agua de retorno o flowback durante el proceso de extracción y el sellado a largo plazo de pozos abandonados. Al entregar la licencia a las actividades de extracción de gas pizarra (y formular la normativa pertinente), es imprescindible la puesta en práctica y control de estas prácticas.
Aceptación pública del desarrollo del shale gas
La experiencia reciente ha resaltado la importancia de que las empresas trabajen en conjunto con las partes interesadas y de que se aseguren de mantener a las comunidades adecuadamente informadas e involucradas en los procesos de toma de decisiones, con antelación a la construcción de las infraestructuras energéticas.
En este sentido, la EASAC considera necesario que se establezcan relaciones cordiales entre las compañías de extracción y las comunidades locales; éstas se pueden impulsar tanto por medio de inversiones en la comunidad por parte de la compañía como por medio de inversiones en el proyecto por parte de la comunidad. El hecho de que la comunidad se beneficie de las ventajas y la riqueza que genera el shale gas es, pues, una condición indispensable para lograr la aceptación pública de la fracturación hidráulica.
Maria Saiz
26/11/2014