Incrementar la participación del gas hasta el 33% en el conjunto del consumo energético supondría un ahorro de 340 euros al año para los hogares, se desprende de un informe elaborado por la consultora internacional KPMG y la patronal española del gas, Sedigas.
El documento, que se ha presentado esta tarde en el Palau Macaya de Barcelona, lleva por título “El Rol del gas en una economía baja en carbono” y plantea el importante papel del gas en una economía en la que se deberán cumplir los objetivos europeos de renovables y de reducción de emisiones de forma eficiente.
Han asistido al acto el presidente de la patronal, Antoni Peris; la directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático de la Generalitat de Cataluña, Mercè Rius; el socio responsable de Economics & Regulation de KMPG España, Carlos Solé, y un panel de expertos entre los que destacan la secretaria general de Sedigas, Marta Margarit o el catedrático del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona.
El informe asegura, además, que si el 33% el consumo energético correspondiera al gas natural, podría mejorar en un 22% la eficiencia energética, con lo que el ahorro global anual podría ascender hasta 223 millones de euros en el sector residencial y hasta 38 millones de euros anuales en el caso del sector terciario.
En su discurso, Peris ha remarcado el papel del gas natural como energía limpia y su contribución a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40%, de acuerdo con los objetivos europeos para 2030, que pretenden alcanzar una cuota del 27% en renovables e incrementar la eficiencia energética en un 30%.
El documento identifica la situación geoestratégica de España como una ventaja competitiva en cuanto al gas natural licuado europeo y su sistema de infraestructuras ya existentes que, asegura, contribuirán a la consecución de estos fines.
Además, constata que, dado el alto grado de desarrollo de la infraestructura gasista española, el gas natural dispone de unos canales de penetración relativamente sencillos, de modo que este combustible juega un papel protagonista en la consecución de una economía baja en carbono, de acuerdo con los objetivos alcanzados y ratificados en la COP22.
En su intervención, Solé ha recalcado que, teniendo en cuenta las características del sistema gasista español, la participación del gas natural en energía primaria, que fue del 20% en 2014, se incrementaría hasta el 27% en 2030, al tiempo que ha subrayado la diversidad de fuentes de abastecimiento de gas natural en España a día de hoy como una gran ventaja para la consecución de los objetivos previstos.
Asimismo, los expertos han coincidido en destacar este combustible como un “aliado” para reducir las emisiones en el transporte y para mejorar la calidad del aire en las grandes ciudades, dada la eventual alerta que ocurre en urbes como Madrid, pues los expertos alertan de que este perjuicio se podría incrementar en el futuro, cuando se espera que el 70% de la población viva en estas ubicaciones.
En este punto, Rius ha remarcado que el gas natural es una fuente de abastecimiento “buena, barata y bonita”, por su disponibilidad, buena capacidad de extracción o por su alto rendimiento, entre otros aspectos, al tiempo que ha destacado su capacidad de llegar tanto al sector eléctrico como al marítimo o ferroviario.
Finalmente, el catedrático de Estratigrafía Mariano Marzo ha explicado que, actualmente, “disponemos de 800 veces más cantidad de gas natural en las reservas identificadas que el consumido hasta ahora”, con lo que ha asegurado que hay gas para unos 60 años, al tiempo que ha mencionado otro factor, los hidratos de gas, como una gran oportunidad, pues ha concretado que estos recursos multiplican por 100 el volumen del inventario reconocido hasta ahora.