Los precios de la energía eólica en Estados Unidos han bajado a un mínimo histórico de sólo 2,5 centavos de dólar por kWh, muy por debajo del precio promedio de la electricidad, que se sitúa alrededor de 11 centavos de dólar según el Informe sobre el mercado de la tecnología eólica en 2014 del Departamento de Energía (DOE) de EEUU.
El punto promedio más bajo de los precios ofertados a los compradores de las compañías eléctricas en los contratos suscritos en 2014 se encuentra en el interior de Estados Unidos, área que incluye los estados de Oklahoma y Texas, donde el potencial de energía eólica es el más alto, según Mark Bolinger, coautor del estudio e investigador de los mercados de electricidad y del Berkeley Lab. (Ver gráfico)
"Una cosa importante a tener en cuenta es que la mayor parte del desarrollo de la energía eólica en los últimos años ha tenido lugar en el interior de Estados Unidos, donde se han conseguido unos precios que no se van a lograr en el noreste u otras zonas donde los proyectos son más costosos de desarrollar”, explica Bolinger.
Turbinas más altas y rotores más grandes
Los precios de los contratos de compra de electricidad a largo plazo (ppa) de la energía eólica de 2014 han sido los más bajos de la historia debido a varios factores. De una parte, a la fuerte disminución de los costes mantenida desde 2009, año en que se alcanzó un pico de 7 centavos de dólar por kWh. De otra, a los avances tecnológicos. Según Bolinger, “las turbinas más altas y con rotores más grandes son más eficientes y generan mayor cantidad de electricidad”.
"Los precios de la energía eólica -sobre todo en el centro de los Estados Unidos - han llegado a nuevos mínimos, lo que está llevando a las compañías eléctricas a apostar por la energía eólica como opción de más bajo costo", dijo Ryan Wiser, coautor del informe e investigador científico del Berkeley Lab."Por otra parte, y gracias a los avances tecnológicos, los proyectos eólicos son económicamente viables en un creciente número de lugares de EEUU".
Las principales conclusiones del último_Informe sobre el mercado de la tecnología eólica en 2014_ incluyen:
- La energía eólica ha supuesto el 33% de la nueva potencia eléctrica añadida desde 2007, y ahora da cobertura a casi un 5% de la demanda de electricidad del país, más del 12% de la generación total de electricidad en nueve estados y más de 20% en tres estados.
- En los últimos 15 años, la capacidad media de los aerogeneradores instalados en EEUU se ha incrementado en 172%, hasta los 1,9 MW alcanzados en 2014. La altura media del cubo que aloja la turbina se ha incrementado un 48%, hasta los 83 m3tros, y el diámetro medio del rotor de las palas se ha incrementado en un 108%, hasta los 99 metros.
- Los precios de las turbinas eólicas han caído entre un 20% y un 40% desde desde sus máximos de 2008, y estos descensos están reduciendo los costes de los proyectos en unas proporciones considerables. Los nuevos proyectos eólicos construidos en 2014 tuvieron un coste promedio de 1.710 dólares por kW, un tercio más baratos ó 600 dólares menos que los costes alcanzados en 2009 y 2010.
En respuesta a una pregunta, Bolinger reconoció que el precio promedio de 2,5 centavos de dólar por kWh incluye el impacto del crédito fiscal federal a la producción de energía eólica federal. El precio medio ponderado sería mayor si se descuewnta el crédito fiscal.
El apoyo del Congreso a este tipo de ayudas se ha deteriorado en los últimos tiempos. Las ayudas vía crédito fiscal tienen fecha de caducidad y ello ha animado a los desarrolladores de proyecto eólicos a acelerar su construcción antes de que se acaben las ayudas. Después, es previsible que la actividad de la industria eólica se ralentice considerablemente.
La evidencia hasta la fecha muestra que este ciclo de auge y caída ha tenido un enorme impacto negativo en la inversión del sector eólico, en el desarrollo de proyectos y en la pérdida de empleos a gran escala, según explican en la Asociación Americana de Energía Eólica (AWEA). No obstante, tras el impacto inicial, lo lógico es que las cosas sigan su curso, la industria recurra a otras fórmulas de financiación más baratas y se produzca un repunte, concluye Bolinger.
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