“Estamos viviendo una situación un poco caótica. Las colas en las gasolineras son kilométricas y cuando es tu turno, no te dejan repostar más allá de 20 euros. Está prohibido rellenar garrafas o botellas en las gasolineras. Lo peor es cuando se acaba. Veo a gente empujando los coches en la cuneta porque se han quedado sin combustible. Menos mal que yo llené el depósito hace unos días, pero he calculado y sé que tengo gasolina para una semana. Nada más. Luego ya veremos que hago. La mayoría de las gasolineras del sureste están cerradas porque se han quedado sin combustible pero me consta que en el norte la situación es aún peor… y no, no lo vivimos con especial preocupación, porque aquí los sindicatos, cuando se ponen reivindicativos, son así“. Esta es la crónica de una española que vive desde hace décadas en Francia.
La reforma laboral que propone el Gobierno ha llevado a una situación límite a todo un país porque pese a las ocho jornadas de protesta nacional, teñidas por los enfrentamientos entre alborotadores y fuerzas del orden, y las huelgas en el transporte ferroviario, en el de mercancías por carretera, en el metro, en los controladores aéreos, de estudiantes, así como en todo el sector público, se les ha unido una protesta mucho más terrible y paralizante, la de la industria energética.
“Las refinerías están siendo bloqueadas por los piquetes informativos, con lo que no puede salir ni entrar ningún tanque. De las ocho que hay en Francia, seis están cerradas, así que han conseguido que unas 12.000 gasolineras de todo el país se hayan quedado sin combustible”. La situación ha llegado a tal grado que el Gobierno va a tirar de las reservas estratégicas de carburante ante el desabastecimiento de refinerías.
Acciones similares han ocurrido en infraestructuras estratégicas, como los puentes de Normandía y de Tancarville sobre el río Sena en su desembocadura, en las proximidades del puerto de Le Havre, en el aeropuerto de Nantes, en el periférico de Toulouse, en la línea férrea entre París y Brest o en la autopista A63 entre Burdeos y la capital labortana de Baiona.
Cortes de suministro eléctrico
“Ya nos han advertido que podría haber cortes puntuales en el suministro eléctrico porque ayer 16 de las 19 centrales nucleares, [que producen más del 75% de la energía del país], se sumaron a la huelga”.
El apagón nuclear por el momento no está teniendo un efecto inmediato en el suministro de electricidad pero RTE, el organismo que supervisa la red eléctrica nacional de Francia, ha advertido que “si empeora, tendrá un impacto en la gestión de la red”.
Francia está semiparalizada, y de continuar la huelga, según expertos, uno de los países más turísticos del mundo podría verse afectado, por ejemplo, los hoteles se enfrentarían a la falta de aprovisionamiento y la anulación de numerosas reservas, aunque el Gobierno ha informado que podría verse forzado a importar energía de los países vecinos.
“Espero que lleguen pronto a una solución, porque en esencia, esta rebelión es por un ‘detalle’ de la reforma laboral, la que permite la negociación directa entre empresario y trabajador, por encima de los convenios colectivos“.
El objetivo de las manifestaciones y las huelgas es la retirada completa de la reforma laboral impuesta por Bruselas, que aún no está aprobada pero que se hará en este verano. Y eso porque inicialmente el texto debía presentarse el 9 de marzo ante el Consejo de Ministros pero se filtró antes de tiempo y tuvo que negociarse con sindicatos, a los que el Gobierno francés realizó ciertas concesiones, insuficientes para la mayoría de ellos que piden su retirada total.
1 comentario
Que envidia de SINDICATOS. Nada que ver con los subvencionados CCOO y UGT. Claro que tampoco los países y paisanajes son similares.