Las baterías de almacenamiento de Tesla pueden ser la opción más barata para los clientes residenciales, pero es en la red y en las instalaciones comerciales donde puede tener su mayor impacto. Esa es al menos la estimación de Elon Musk, fundador y CEO de Tesla, quien dijo a los analistas que la cantidad de almacenamiento de energía desplegada a nivel de red puede ser 10 veces mayor que la cantidad instalada en hogares y empresas.
La estimación de Musk tiene sentido por varios motivos. En primer lugar, porque la red es de una escala mucho mayor que las instalaciones individuales de hogares. En segundo término, porque la oferta de baterías de almacenamiento a escala de red es mucho más barata que la de hogares y empresas. Y en tercer lugar, porque debido a la forma en que las tarifas se estructuran en EEUU, no tiene mucho sentido instalar baterías de almacenamiento en estos momentos en los hogares en los EEUU, pero sí lo tiene en las instalaciones a mayor escala debido a las diferentes formas en que puede ser desplegada, el gasto que puede ahorrar y los impuestos que se pueden eludir.
En un nuevo informe titulado Los modelos de negocio de almacenamiento: más enfoques de los que usted puede pensar, el banco de inversión Morgan Stanley dice que las baterías de almacenamiento de Tesla prueban que el almacenamiento ha alcanzado un coste competitivo. Se espera que los precios sigan bajando, pero no de la manera en que lo hizo Tesla. Morgan Stanley señala que el precio los 250 dólares que cuesta la caja de baterías de 100kWh para instalaciones a gran escala (que incluye los inversores, pero no los costes de la instalación) es incomparable con los 800-1.000 dólares que cuestan los de sus rivales.
El gran aliado de las renovables
Los analistas creen que el almacenamiento no reemplazará a la red, pero puede alterar la forma en que se utiliza, y quién la utiliza. Sobre todo, va a aumentar la penetración de las energías renovables que, en definitiva, es el gran objetivo de Musk, que quiere que el mundo se alimente 100% de energía renovable. "Al considerar los impactos del almacenamiento en el sector de la energía, la respuesta más común que escuchamos es la capacidad del almacenamiento para sustituir a la red de suministro eléctrico", dicen los analistas de Morgan Stanley.
"Mientras que en algunas zonas geográficas en algún momento futuro esto puede ser un riesgo/ oportunidad tangible -dependiendo de la perspectiva-, durante muchos años, creemos que prevalecerán otros modelos de negocio, todo lo cual no desplaza a la red de suministro eléctrico, sino que, por el contrario, la permite continuar apoyando el crecimiento de las energías renovables".
Morgan Stanley dice que debido a esto, el mayor impacto -en particular, en EEUU, donde los consumidores se ven favorecidos por las políticas de medición neta de las instalaciones residenciales- estará en las eléctricas y el mercado de almacenamiento comercial. Según sus analistas, a nivel comercial y a nivel de la red, las empresas como Walmart y Amazon, y las eléctricas como Southern California Electric y la texana Oncor podrían encontrar un beneficio económico inmediato con las baterías de almacenamiento.
"La industria eléctrica, tanto en lo que se refiere a las propias compañías eléctricas como a los desarrolladores de almacenamiento comercial -pero sobre todo a las primeras- serán las que desplieguen más rápidamente la tecnología de Tesla en la red, tanto para integrar las energías renovables en la red como para afrontar el problema de la intermitencia de la energía solar y la falta de coincidencia completa con los períodos pico de la demanda", dicen los analistas en su informe.
Y esto, a juicio de Morgan Stanley, va a ser así por tres razones. La primera, para amortiguar la variabilidad de las energías renovables y retrasar la necesidad de incrementar las inversiones en mejoras de la red, como las que está llevando a cabo Queensland’s Ergon Energy en su red remota.
La segunda es su adopción por parte de los proveedores para dar una respuesta a la demanda, y de esta manera ayudar a sus clientes a reducir los picos de la demanda y eludir las tarifas punitivas. Morgan Stanley dice que este modelo funciona con unos costes de las baterías de almacenamiento por debajo de los 320 dólares /kWh, según se puede ver en el gráfico.
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