Pero esta apuesta no es solo cosa de los políticos. El poder, el dinero, también ha dicho basta a los combustibles fósiles y ha decidido cambiar de destino buena parte de sus inversiones. Tanto que por cada dólar que se ha destinado al petróleo, carbón o gas natural se han invertido dos dólares en energías renovables, sobre todo, eólica y solar.
Y, ¿por qué se ha dado este resultado? Según Michael Liebreich, presidente del consejo consultivo de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la respuesta se haya en la fuerte caída de los costes de las tecnologías limpias.
"Estamos en un ambiente de bajo costo de petróleo en un futuro previsible", dijo Liebreich durante su discurso en la reunión de BNEF en Nueva York el pasado martes. "¿Eso ha detenido la inversión en energía renovable? No, en absoluto".
Varios datos a tener en cuenta. El costo de la energía solar se ha reducido a 1/150 parte de su nivel en la década de 1970, mientras que la cantidad total de solar instalada ha aumentado en 115.000 veces. ¿Hay algo que haya crecido tanto?
Más. Sólo desde el año 2000, la cantidad de electricidad mundial producida por la energía solar se ha duplicado en siete ocasiones. Incluso la energía eólica, que ya estaba bastante establecida, se duplicó durante cuatro años en el mismo período. Por primera vez, las dos formas de energía renovable más comunes están empezando a competir en el precio y la inversión anual.
Otro dato por el que las renovables arrasan a los combustibles fósiles es la retirada paulatina del carbón de las principales economías mundiales. Los países de la OCDE han reducido la demanda hasta niveles de hace casi 10 años. En China, la energía del carbón también se ha aplanado. Sólo los países en desarrollo, con la rápida expansión de la demanda de energía todavía están añadiendo carbón, aunque a una tasa de desaceleración.
Y para rematar, el último año y medio del petróleo. La fuerte caída del precio del crudo ha llevado al sector a niveles que prácticamente no se recordaban. Parálisis total en exploración y producción. La deuda carcome a las compañías, tanto que están a niveles muy peligrosos para muchas empresas. "Se va a poner feo", dice Liebreich.
El caso es que las renovables han dado la vuelta al marcador, y se han colocado con mucha ventaja sobre los combustibles fósiles. Y la tendencia parece imparable, o eso es lo que dicen los expertos.
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