A El Cortocircuito le ha chocado mucho las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, en Nueva York en la firma del Acuerdo de París que se llevó a cabo el pasado viernes.
La vicepresidenta anunció una nueva ley contra el cambio climático con el objetivo de cumplir los objetivos adoptados en la COP21 por toda la Unión Europea. Hasta ahí, todo bien. Sáenz de Santamaría habló de reducir emisiones. También dijo que hay que ser más eficientes. Mencionó también la importancia de cumplir con los objetivos del 10% de interconexiones tanto eléctrica como de gas. Pero ahí se quedó. De renovables, ni una palabra. Es que ni por asomo.
¿Por qué Soraya Sáenz de Santamaría no quiso hablar de renovables ante los medios? ¿Existe un veto a este sector por parte del Gobierno del PP? ¿O fue un desliz por parte de la vicepresidenta? La política energética llevada a cabo por el Gobierno en los últimos cuatro años se ha ganado toda la oposición del sector de las renovables por el hachazo a la retribución y también por el impuesto al sol en el decreto de autoconsumo.
Ya en diciembre, desde Moncloa se ordenó a todos los representantes del PP que no acudieran a actos de renovables durante el periodo de elecciones para evitar posibles enfrentamientos con estos colectivos.
¿Acaso apoyar a las renovables es malo? Con acciones de este tipo desde luego que el Gobierno, en vez de atemperar la situación echa más gasolina al fuego. Ellos sabrán. Se acercan las elecciones. Pero deberían saber que sin renovables no se pueden lograr los objetivos de París.
Heikki Willstedt Mesa
25/04/2016