Cuba ha recibido en el 2016 unos 53.500 barriles por día (bpd) de crudo de PDVSA, un descenso del 40% respecto a la cifra correspondiente del primer semestre de 2015, según datos de la compañía.
La caída de la producción de petróleo en Venezuela, unida a sus problemas financieros, le hacen cada vez más difícil mantener a flote un programa de asistencia a su aliado más cercano, Cuba, establecido hace 15 años, según indica la agencia Reuters.
La caída de la producción llevó a un cambio en la diplomacia petrolera que fundó el fallecido líder Hugo Chávez, y ayuda a explicar por qué Cuba, que genera electricidad a partir de combustibles, recientemente ordenó a algunas empresas mixtas y firmas de propiedad estatal reducir su consumo de energía.
También se produce en paralelo a la mejora de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tras décadas de antagonismo, mientras Venezuela, sumida en escasez y con una inflación de tres dígitos, se encuentra en un prolongado punto muerto con Washington.
Durante los años en que disfrutó de un ingente auge petrolero con precios del crudo en niveles récord, el gobierno de Venezuela pavimentó parte de su apoyo político en América Latina y el Caribe mediante el envío de petróleo en condiciones ventajosas a sus principales aliados. Lo que se conoce como el petróleo regalado de Venezuela a sus amigos del Caribe, sobre todo Cuba.
El país que preside Raúl Castro, que recibe un 4% de las exportaciones totales petroleras de Venezuela, ha sido el mayor beneficiario de estos programas. La isla había permanecido al margen de los crecientes problemas financieros y operacionales de PDVSA, que desde 2015 han puesto en jaque el suministro de crudo a Uruguay, Jamaica, República Dominicana y Curazao.
Aún en medio de las dificultades, Venezuela ha tratado de compensar el declinante envío de crudo a Cuba con mayores exportaciones de productos refinados como fuel oil, diésel y gas licuado de petróleo (GLP), según muestran las cifras del informe. Pese a los esfuerzos, los despachos totales a ese país, incluyendo crudo y productos, se redujeron un 19,5% a 83.130 bpd en el primer semestre de este año.
El pacto de intercambio de petróleo venezolano por servicios profesionales cubanos ha dado un gran impulso a la economía de la isla, que tendría que pagar mucho más si decidiera comprar crudo en el mercado abierto.
Mientras tanto, PDVSA ha estado luchando por limitar sus propias compras de costosos crudos y nafta, necesarios para diluir el crudo extra pesado de la Faja Orinoco, y está optando por mantener en casa una mayor porción de un crudo mediano conocido como Mesa 30, que puede usar como diluyente.
Venezuela tiene las mayores reservas de crudo del mundo, aunque la producción ha disminuido en los últimos años en medio de una prolongada desinversión atizada por la caída de los precios del petróleo y una profunda crisis económica en el país.