Abengoa presenta este miércoles a sus acreedores el plan de viabilidad que el grupo prevé usar como 'hoja de ruta' para esquivar el concurso de acreedores que amenaza a la compañía, según informaron a Europa Press en fuentes conocedoras de las negociaciones.
La banca acreedora, bonistas, la compañía y asesores de ambas partes se sentarán mañana nuevamente, aunque esta vez, previsiblemente, con el plan ya sobre la mesa, más de una semana después de que fuera aprobado por el consejo de administración de Abengoa.
Este plan, elaborado con el respaldo de la firma de asesoramiento Alvarez & Marsal, lleva siendo esperado por la banca desde hace unas semanas. Ahora, deberá ser la firma KPMG, elegida como asesora en el proceso de reestructuración de la empresa andaluz, la que deberá revisar el plan.
Así, una vez se conozca el plan por todas las partes, se abrirá una fase de negociación con los acreedores sobre la reestructuración de la deuda de la compañía y la obtención de los recursos necesarios para así continuar su actividad.
Esta fase no se presenta fácil, ya que los bancos ya han señalado que de entrada no contemplan ningún tipo de quita en la deuda, según indicaron a Europa Press en fuentes financieras.
No obstante, la compañía tiene claro que el acuerdo debe alcanzarse antes de que finalice el período marcado por el preconcurso de acreedores, dado que una situación de concurso implicaría "una destrucción de valor para acreedores y accionistas muy superior a la de cualquier escenario de continuidad, todo ello sin evaluar el enorme coste social que tal situación implicaría".
Una compañía de menor tamaño
El plan de viabilidad de Abengoa prevé para garantizar su futuro una empresa con un menor tamaño y focalizada en sus actividades de construcción, ingeniería e innovación, sobre las que quiere cimentar su resurgimiento empresarial.
Para ello, estima unos niveles de ingresos en los próximos años "del orden de dos terceras partes de los obtenidos en 2014", que superaron los 7.000 millones de euros, así como la venta de los activos no fundamentales, incluyendo todos los de biocombustibles de primera generación.
Además, Abengoa tiene abierto otro frente que prevé cerrar esta semana, el de la línea de liquidez de unos 165 millones de euros que necesita para cubrir las necesidades de la compañía durante el periodo del preconcurso de acreedores, que expira el próximo 28 de marzo.
Esta nueva inyección de liquidez se negocia actualmente con los bonistas, aunque deberá contar también con el visto bueno de la banca, ya que, además de estar vinculada a unos fuertes intereses, tiene la condición para su desembolso de compartir las garantías que poseen las entidades financieras en Atlantica Yield (antigua Abengoa Yield).
Si finalmente la banca no accede a compartir esas garantías en la 'yield', Abengoa podría ofrecer a los bonistas algunos activos adicionales, como alguna planta de bioenergía, en prenda para cerrar esta nueva inyección.
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