La elaboración de un Plan de Desarrollo Industrial, combatir la deslocalización de industrias, recuperar zonas desindustrializadas, poner en marcha un sistema de ayudas al vehículo eléctrico y aprobar el Estatuto del Consumidor Electrointensivo son algunas de las tareas que tiene por delante el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
La aprobación del Estatuto del Consumidor Electrointensivo, cuyo proyecto se tuvo que reelaborar después de que la Comisión de los Mercados y la Competencia (CNMC) considerara que algunas medidas del texto inicial podían incurrir en ayudas de Estado, será uno de los primeros cometidos que tenga que sacar adelante el Ministerio de Industria.
3 comentarios
La llamada “deslocalización” de industrias electrointensivas podría calificarse quizás como puro chantaje en términos de “o me pagáis la factura eléctrica o me voy”. A diferencia de muchos servicios, de las actividades agrícolas o de la construcción, que no pueden “deslocalizarse”, las manufacturas bien pueden trasladarse a cualquier sitio que cumpla unos mínimos de infraestructura y transporte y sus grupos de presión lo aprovechan en todo el mundo para realizar dicho chantaje en una especie de carrera a ver donde se consigue los mejores precios a costa de los demás. Esto tiene, entre otras consecuencias si caes en el chantaje, que se desincentiva la inversión en eficiencia y renovables y se acaba subvencionando las actividades más contaminantes.
¿Y si todos los consumidores pagáramos el kWh igual? La deslocalización se enfrenta con aranceles a los países que no tengan restricciones la carbono.
Sería importante, pero difícil no caer en el chantaje de estas industrias.
Si todos pagásemos tarifa plana a las electrointensivas les iba a subir el coste mucho. Hay un diferencial y hace unos 3 ó 4 años leí un estudio que decía que en España ese diferencial es, o era en el momento del estudio, de los más altos de nuestro entorno. Es decir, los consumidores de a pie pagamos el kWh muchísimo más caro que las electrointensivas.