Jóvenes investigadores crearon una tinta superconductora de calor que funciona como un calentador solar. Además, calienta el agua hasta 68 grados centígrados y es un 40% más económica que las tintas comerciales.
“Si a una tubería expuesta a una temperatura solar de 40 grados se le agrega la tinta superconductora el calor aumenta un 70% y alcanza 68 grados”, menciona Sandra Casillas Bolaños, maestra del Instituto Tecnológico de la Laguna (ITL) y directora del proyecto.
Explica que la tinta funciona como un boiler porque contiene nanopartículas que con la energía solar se activan y aumenta la temperatura.
La tinta se compone de dos capas, la primera es una nanopartícula magnética de titanio interna, que se encarga de guardar el calor y la segunda es externa y consiste en un recubrimiento de tungsteno (filamento de los focos) al cual los investigadores convierten en sal nanometríca y la adhieren con alcohol polivinílico, para después agregar cobre.
Casillas Bolaños precisa que por medio de un tratamiento llamado pavonado se ennegrece el cobre con la finalidad de que atrape el calor y lo conserve en el interior de las partículas. “De esta forma el centro se calienta con mayor intensidad, primero el titanio, después el tungsteno y al último el cobre”.
El proyecto se ha desarrollado por dos años y el producto se clasifica como tinta porque lleva una serie de solventes que hace que su secado sea rápido y su olor es similar al tinte de cabello.
La tinta se coloca en la superficie de la tubería convencional que lleva agua y, para potencializar el calor, los alumnos que trabajan en el proyecto con la profesora Casillas Bolaños en la materia colocaron dos capas de botellas PET en los tubos con el fin de crear un efecto invernadero y lograr que se caliente más rápido, y también protegerla del desgaste al aire libre.
La tecnología desarrollada se ha implementado en tuberías de algunas casas, en las cuales, al recorrer cinco metros se obtiene agua a 68 grados centígrados al instante, y aunque esté nublado la tinta capta muy bien el calor.
La tinta se encuentra en un proceso de patente y se pretende comercializar en 600 pesos el litro (33 euros al cambio); sin embargo, para la tubería de una casa tan sólo se invierten 150 pesos (poco más de ocho euros) porque es poco lo que se necesita, indica Casillas Bolaños.
La catedrática del ITL muestra que la diferencia de esta tecnología con las existentes reside en que las comerciales están fabricadas con metales caros y el creado por este equipo de trabajo contiene tungsteno que es un 40% más económico.
El siguiente paso es optimizarlo y tratar de crear tinta en volúmenes más considerables, porque actualmente se hace paso a paso y se van ajustando las nanopartículas de cada uno.
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