El campeonato de Fórmula E de la próxima temporada 2018/2019 que dará comienzo en diciembre, estrena nuevos monoplazas con unas características más extremas y unas prestaciones mejores que las de sus antecesores. Se espera que estos coches, más potentes y con una mayor autonomía, den lugar a unas carreras más competidas y espectaculares para impulsar el crecimiento del certamen.
La temporada 2018/2019 de la Fórmula E, la quinta en su historia, estrenará los monoplazas de la segunda generación, más agresivos, espectaculares, potentes y eficientes que los antecesores que iniciaron el camino hace ya cuatro temporadas. Cara a cara, las comparaciones entre un modelo y otro muestran el avance a nivel tecnológico que se ha realizado en estos años.
La primera diferencia que se puede observar está en la forma del monoplaza en si. Los chasis de la primera generación fueron fabricados por Spark Racing Technologies y tenían un diseño más convencional, próximo a otras categorías (salvo los neumáticos estrechos para reducir el rozamiento) y un alerón delantero que terminaba en cuña de manera que el aire se canalizara por encima del punto superior de las ruedas delanteras y, de esta manera, no oponer resistencia.
Los de esta segunda generación -también creados por Spark con ayuda de Dallara– tienen un diseño mucho más agresivo con un alerón trasero mucho más bajo, un diseño más musculoso y futurista y las ruedas carenadas de un extremo a otro, optimizando así la canalización del aire. Además, los nuevos monoplazas cuentan también con el Halo, elemento de seguridad estrenado en la Fórmula 1 esta misma temporada para proteger a los pilotos de elementos que puedan salir despedidos en caso de impacto.
En términos de rendimiento también hay mejoras notables, pues la primera generación estaba limitada a una potencia de 200kW en clasificación y 180kW en carrera. Ahora, con los monoplazas de segunda generación, 200kW (270 caballos) es lo que se usa en carrera, con el uso obligado de un segundo modo con mayor potencia (250kW o 335 caballos) todavía para ofrecer mayores posibilidades de estrategia a los pilotos durante el transcurso de una carrera.
A modo de referencia, el SRT01 E utilizado en las cuatro primeras temporadas llegaba a los 225 kilómetros por hora de velocidad punta y aceleraba de 0 a 100 en 3 segundos exactos. El ‘Gen 2’ (conocido también como SRT05e) es capaz de alcanzar los 280 kilómetros por hora de velocidad punta, acelerando de 0 a 100 en 2,8 segundos. También se ha ganado en la potencia que otorga el ‘Fan Boost’: en la primera generación, este incremento de potencia era de 100kJ durante cinco segundos para los tres pilotos más votados en una votación previa a la carrera realizada a través de las redes sociales.
Las baterías también han avanzado de manera significativa, pues el nuevo diseño ha permitido instalar unas baterías que doblan a las anteriores tanto en capacidad como en tamaño. Con una mayor capacidad de las baterías (construidas por McLaren Applied Technologies) la autonomía es mayor, lo que hace que puedan hacer carreras enteras con una sola batería. Con la primera generación lo que se hacía era que a mitad de carrera los pilotos tenían que entrar en boxes y cambiarse a otro coche con batería repleta para continuar hasta el final.
Otro dato interesante es que, a pesar del mayor peso de las baterías (al ser casi el doble de grandes), el peso en vacío del monoplaza se ha mantenido casi intacto, de los 896 kilogramos del SRT01_E a los 900 del SRT05e. Las baterías originales tenían un peso de 320 kilogramos frente a los 385 de sus sucesoras, lo que evidencia que se ha producido un progreso espectacular.
A falta de su puesta de gala en Ad Diriyah el próximo mes de diciembre, su mayor potencia y menor centro de gravedad va a dar lugar a unos monoplazas más competitivos y, por tanto, un campeonato más espectacular. De hecho, otra diferencia para los espectadores estará en el sonido, acelerando con un silbido que recuerda al de un avión a punto de despegar, sobre todo cuando aceleran desde parado.
1 comentario
Esta competición continua imparable, veremos que sucede con la Fórmula uno. Esperemos que ambas puedan convivir y que la transición a la Formula E de audiencias y marcas sea cada vez mayor, mientras tanto podemos disfrutar de las dos.