La bajada de los precios de los sistemas fotovoltaicos y, particularmente de los módulos, ha sido un elemento decisivo para la competitividad de la oferta solar en las licitaciones eléctricas internacionales celebradas en el último año, en las que sucesivamente se han ido estableciendo nuevos récord a la baja en los precios ofertados por esta tecnología no convencional.
Este proceso se ha puesto de manifiesto de forma más rotunda en los mercados de América Latina. En Perú, México y Chile, entre otros, se han marcado precios récord, llegando en algún caso, como el de la española Solarpack, a ofertar un precio de 29,1 dólares / MWh en la subasta chilena del pasado agosto (enlace). Todo ello, como decíamos, en un contexto de exceso de capacidad de producción de módulos fotovoltaicos, lo que ha impulsado la implantación de esta tecnología en numerosos mercados emergentes.
En México, la solar –que llegó a batir en precio a la eólica- fue la gran triunfadora en las dos licitaciones eléctricas de este año. En la subasta celebrada en marzo la solar acaparó las tres cuartas partes de la potencia adjudicada y en la licitación de septiembre se hizo con algo más de la mitad. El arancel de importación sobre los módulos solares no ha sido impedimento para que 1.796 MW (AC) en proyectos solares resultaran adjudicados en la licitación de marzo a un precio medio de 44,9 dólares / MWh. Y en el certamen de septiembre los precios fueron incluso más bajos: 1.823 MW (AC) se adjudicaron a un precio medio de 31,7 dólares.
Los resultados de las subastas mexicanas están en la línea con lo que ha ocurrido en otros mercados latinoamericanos en el último año. El banderazo de salida lo protagonizó Chile con una licitación en la que solar y eólica se hicieron con la totalidad de los contratos superando en precios las ofertas de las tecnologías convencionales.
Las tecnologías fotovoltaica y termosolar ganaron la cuarta parte de los 1,2 TWh adjudicados. El resto correspondió a proyectos eólicos. Un proyecto fotovoltaico marcó el precio más bajo con 65 dólares / MWh, mientras que el precio medio de la energía solar adjudicada se situó por debajo de los 70 dólares /MWh.
Más volumen de solar se adjudicó en Brasil a finales del año pasado en una licitación específica para la fuente solar celebrada en noviembre, en la que se adjudicaron 1.115 MW a un precio medio de 297,4 reales brasileños (93 dólares ) / MWh. En Brasil, las licitaciones eléctricas son en moneda local al contrario que en otros países por lo que el precio obtenido está sujeto a las posibles fluctuaciones en el tipo de cambio y la depreciación de la moneda.
La gran sorpresa en el panorama internacional llegó en febrero en una licitación en Perú, en la que se adjudicaron 185 MW (AC) a proyectos fotovoltaicos a un precio medio de 48 dólares. Esta licitación de energías renovables contaba con una categoría específica para la fotovoltaica y en ella se estableció otro récord.
Este precio se superó a la baja en la primera licitación eléctrica mexicana en la que el precio más bajo en el certamen correspondió a un proyecto solar de alrededor de 35 dólares / MWh. Fuera de Latinoamérica, en concreto en Dubái, se registraba dos meses después un precio de 29,9 dólares en una licitación. En agosto, se volvía a registrar un precio récord en Latinoamérica, en concreto el proyecto de 29,1 dólares adjudicado a Solarpack en la subasta celebrada en Chile. No obstante el pasado septiembre, en la apertura de ofertas económicas en una licitación de nuevo en Emiratos Árabes Unidos, esta vez en Abu Dabi, se registraban precios más bajos: 24,2 dólares / MWh.
Otros países de América Latina han reaccionado con rapidez ante la tendencia a la baja del precio de la solar. Es el caso de Argentina, que ha adjudicado en octubre 400 megavatios solares a un precio medio de 59,75 dólares estadounidenses el megavatio hora en la licitación RenovAr 1 lanzada a principios de año. Al anunciar los ganadores hace dos semanas, el gobierno argentino convocaba una “repesca” para los participantes de la primera, en la que adjudicará un cupo adicional de 200 megavatios y para el que ha fijado como reto el reducir el precio máximo obtenido en la primera ronda. Una próxima gran licitación se espera que sea convocada en mayo de 2017.
El proceso de la licitación de 150 megavatios en El Salvador, en el que se adjudicarán 100 megavatios solares y 50 megavatios eólicos, ha transcurrido. Como ha ocurrido en otras licitaciones eléctricas últimamente, la fecha de resolución del certamen se ha retrasado debido al gran interés por la licitación. Esta subasta, que se lanzó el pasado mes de febrero, se resolverá previsiblemente en enero de 2017.
También en diciembre se celebra una importante licitación en Brasil y se prevén nuevas convocatorias en países en donde la solar ya se ha hecho un hueco. El certamen en Brasil, que cuenta con una categoría específica para la fuente solar, tendrá lugar a mediados de diciembre. En Chile se prevé la convocatoria a finales de año de una licitación por 3.800 megavatios hora y hasta abril se prevé la convocatoria de la tercera subasta eléctrica en México.
Las diferencias entre los distintos países latinoamericanos y otros mercados en los que también se han registrado bajos precios, como Zambia en donde la solar ofertó recientemente un precio de 60 dólares el megavatio hora, son notables. Los costes laborales, los precios de los terrenos y los precios de los componentes de las centrales fotovoltaicas difieren, así como también las condiciones de financiación.
Los módulos solares cada vez representan un porcentaje menor en el coste de los proyectos. Sin embargo, la gran bajada de precios en el último año ha dado un buen empujón para que se desarrollen mercados solares emergentes. Los próximos meses mostrarán cuál es la tendencia y si se produce un repunte en los precios de las ofertas de proyectos solares en algunas licitaciones. También habrá que esperar para ver si las centrales adjudicadas hasta la fecha consiguen llevarse a cabo en tiempo y forma. De momento, parece que las licitaciones de suministro básico se han convertido en el mayor mecanismo para la incorporación de la solar en México y en otros mercados latinoamericanos e internacionales.
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