La empresa alemana APWorks, subsidiaria de Airbus, imprime en 3D y, tras sus tres primeros años de vida, pretenede convertirse en el mayor proveedor de tecnologías de fabricación aditiva para uso industrial”.Para demostrarlo, han presentado la Light Rider, que ellos llaman una motocicleta eléctrica -más que nada por el diseño- pero que en prestaciones es más similar a una bicicleta de propulsión eléctrica de alta gama.
Pesa 35 kilos gracias al chasis de Scalmalloy, una aleación de aluminio desarrollada en conjunto con Airbus que es tan resistente como el titanio manteniendo la ligereza del aluminio. El marco, hueco, tiene únicamente 0,06 milímetros de espesor, haciendo que el chasis marque tan solo seis kilos en la balanza.
La Light Rider se impulsa con un motor de seis kilovatios de batería intercambiable que le permiten llegar a los 80 kilómetros por hora durante 60 kilómetros hasta que tenga que ser recargada. Estas prestaciones hacen de la Light Rider una montura curiosa: comparada con otras motos eléctricas, tiene menos velocidad y autonomía; es más ligera y más rápida que una scooter eléctrica, pero con menos autonomía; comparada a las mejores bicicletas eléctricas, es más pesada, no es más rápida y sigue perdiendo en la batalla de distancia.
Sin embargo, ninguna de ellas está impresa en 3D. APWorks va a producir una serie de 50 ‘motos’ y van a tener un precio semejante a un Audi A4, usando la fabricación futurista como reclamo. Cada una costará 50.000 euros e inscribirse en la lista de espera es posible haciendo un depósito de 2.000. Si esto es lo que cobran por una moto, solo cabe imaginar cuánto pedirán por el avión impreso en 3D que revelarán en el Berlin Air Show.