La revolución energética francesa se está preparando: a partir del próximo año Francia iniciará un plan quinquenal de inversiones de 20.000 millones de euros que destinará 7.000 millones de euros a las energías renovables del país, mientras que los restantes 13.000 millones de euros se invertirán en mejorar la eficiencia energética del país (9.000 millones) y en reducir la emisión de carbono de su parque de vehículos (4.000 millones).
Estos alentadores objetivos de inversión forman parte de un plan más amplio de 57.000 millones de euros para impulsar la economía de Francia en los próximos cinco años y la suma destinada a energías limpias ha sido muy bien recibida por las industrias eólica y solar galas.
El economista Jean Pisani-Ferry y el primer ministro Edouard Philippe elaboraron el plan de gastos con el objetivo de aumentar la huella renovable de Francia en un 70%. Ya este año, el país ha supervisado una serie de bien recibidas ofertas de energía solar, no menos que la introducción de 1,45 GW de sistemas fotovoltaicos en los tejados de viviendas y negocios.
En el primer semestre de 2017 Francia apenas instaló unos modestos 233 MW de nueva capacidad fotovoltaica, llevando la cantidad total de energía solar instalada a 7,4 GW. Se espera que en la segunda mitad del año aumenten sustancialmente las instalaciones así como el autoconsumo.
Más allá de las energías renovables, Francia se esforzará seriamente por modificar su parque de vehículos de transporte, con el plan de eliminar 10 millones de vehículos antiguos registrados antes de 1997 (gasolina) o 2001 (diesel) y financiar la construcción de más estaciones de carga de vehículos eléctricos y mejoras viales. Algunos de los 4.000 millones de euros de financiación también ayudarán a los hogares de bajos ingresos a intercambiar vehículos antiguos por vehículos más nuevos y respetuosos con el medio ambiente.