Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), ha participado en la jornada institucional “Hidrógeno renovable: una oportunidad para España”, organizada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Su intervención, realizada a petición del propio Ministerio, se ha centrado en presentar las principales fortalezas y oportunidades que presenta España en materia de hidrógeno renovable.
En este sentido, uno de los principales objetivos de la AeH2 es construir un entorno favorable para el desarrollo del hidrógeno en España y lograr una industria nacional fuerte en el sector. En palabras de Javier Brey, “no es casual que el Plan de recuperación Post-COVID sea el propio plan de Recuperación verde (Green Deal) y que el hidrógeno forme parte de él. Y es que el hidrógeno puede reactivar, redefinir y transformar la economía. Además, tiene la capacidad de generar empleo, impulsar el desarrollo económico y crear tejido industrial. Asimismo, puede mejorar la balanza de pagos, aumentando la seguridad del suministro y favoreciendo el autoconsumo energético”.
Brey, además, ha destacado las fortalezas y oportunidades que presenta España en materia de hidrógeno. Desde el punto de vista de las fortalezas caben destacar el recurso renovable que tiene España y su situación geográfica, clave para convertirse en un distribuidor de hidrógeno renovable; un tejido productivo empresarial e industrial especializado, que incluye toda la cadena de valor del hidrógeno; y unas capacidades tecnológicas y de desarrollo industrial en el sector. Unas fortalezas que se convierten en tres grandes oportunidades en materia de tecnología, equipos e hidrógeno.
Tecnología ‘made in Spain’
En este caso, es fundamental seguir por la vía de la colaboración público-privada. Es importante seguir mejorando en la transferencia de tecnología, es decir, en pasar de la I+D al mercado. El 3’6% de la publicación científica internacional en el ámbito del hidrógeno se escribe desde España; eso es más del doble de la contribución española al PIB mundial; pero no se refleja del todo en las empresas del tejido nacional.
Según Brey, “para que ese desarrollo llegue a la empresa es clave tener un plan de I+D orientado a objetivos y resultados. También es importante fomentar clústeres tecnológicos que faciliten la colaboración entre agentes para materializar una primera generación de productos. Y, a medio plazo, se requiere trabajar para mantener el desarrollo tecnológico; para mantener el liderazgo”.
España no ha formado parte de la avanzadilla en políticas de hidrógeno, que constituyen, por ejemplo, países como Alemania, Países Bajos o Francia, pero está a tiempo de posicionarse. Por eso, “ha llegado el momento de desarrollar nuestras capacidades de fabricación, ya que se vislumbra el arranque del mercado: estamos en el inicio de su curva de crecimiento, y podemos subirnos a ella”, ha afirmado Javier Brey.
Para ello se requieren medidas como el apoyo a esas inversiones empresariales en capacidades de fabricación, así como ayudar a las empresas, a las grandes y a las pequeñas, a ser las mejores fabricando equipos y componentes.
Eliminar barreras
“El objetivo de España debe ser materializar la descarbonización de nuestros sectores gracias al hidrógeno renovable, y convertirnos en un exportador de este, mediante el despliegue de proyectos estratégicos”, ha añadido Brey. Y a pesar de que en España se parte de cero en este sentido, en contrapartida, cuenta con algo fundamental: un marco de impulso y de apuesta por el hidrógeno.
En este sentido, son tres las medidas que se deben tomar para este despliegue de proyectos. Primero, una ayuda a la creación de la demanda: ayudando a los usuarios que quieran emplear hidrógeno renovable, que no sean penalizados en competitividad, y a las empresas que quieran producirlo; regulando ese carácter renovable y aplicando el concepto de “valles de hidrógeno”, donde diferentes aplicaciones coexisten y conviven.
Segundo, es necesario eliminar barreras administrativas y regulatorias, como, por ejemplo, facilitar la conexión a la red eléctrica, la posibilidad de inyectar hidrógeno en la red de gas natural, el despliegue de estaciones de servicio de hidrógeno o el establecimiento de un sistema de garantías de origen. Y, por último, es fundamental un empuje estratégico a nivel país. Lo que implica el desarrollo de capacidades estratégicas, fomentando la integración de redes energéticas: el sector eléctrico, el sector del gas y el de los combustibles.
De este modo, “desde la Asociación Española del Hidrógeno estamos convencidos de que el hidrógeno va a jugar un papel fundamental en la Estratégica Energética Española; pero también podemos asegurar que España jugará un papel clave en la Economía del Hidrógeno internacional. Desde luego, nosotros seguiremos trabajando por y para ello”, ha concluido Javier Brey.
1 comentario
Teniendo en cuenta que el hidrógeno renovable no es competitivo actualmente, pues sale unas 5 veces más caro que el gas natural, la única forma de que el hidrógeno tenga salida en el mercado es subsidiando el hidrógeno y que a los ciudadanos se le cargue una tasa por ello. No se ve a corto plazo mejoras en la balanza de pagos ni nada por el estilo. Además, debido a la baja eficiencia de los procesos con el hidrógeno, como de cada 5kWh de electricidad se aprovecha únicamente 1 y se pierden 4, pues tampoco tiene sentido usar actualmente a gran escala las electricidad de origen renovable para generar hidrógeno. Ahora mismo es mejor que se vierta toda la electricidad de origen renovable a la red, pues su aprovechamiento es del 90%. Cuando sobre energía, ya veremos cuál es su mejor utilización, pero para eso quedan años..